
Una cafetera italiana.
María, barista profesional: "Este error común en España con la cafetera italiana cambia por completo el sabor del café"
Este fallo puede hacer que el café sea más amargo y pierda su sabor auténtico, afectando la experiencia final.
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Preparar una buena taza de café no es tan sencillo como pueda parecer, ya que hay que tener en cuenta una serie de consideraciones básicas, más aún si optas por hacerlo en una clásica cafetera italiana, donde unos pequeños trucos te pueden ayudar a conseguir un resultado perfecto.
No es tan fácil como poner el café, el agua y empezar a calentar, qué es lo que muchos piensan y que hace que realmente no se prepare de la manera más apropiada. En este sentido, la experta en café y barista profesional María, más conocida en las redes sociales como @lamalabarista, ha dado las claves para evitar un grave error que se comete con mucha más frecuencia de lo que pueda pensarse.
De hecho, al cometer este fallo nos encontramos con que el sabor del café será más amargo y tendrá un sabor que puede resultar un tanto extraño, lo que afectará sin lugar a dudas a la experiencia del usuario.
Para conseguir un buen resultado al elaborar el café en la cafetera italiana, hay que empezar por limpiar el filtro correctamente y colocarlo bien ajustado, echando el café hasta que este se encuentre debidamente nivelado. Con el agua, no hay que pasarse al llenarla, evitando que se pueda salir durante el proceso de calentamiento.
Hay que aplicar fuego intenso, pero evitar hacerlo al máximo, comprobando bien la temperatura y subirlo de forma gradual durante los diez minutos que aproximadamente dura este proceso. Se debe dejar la tapa abierta al principio hasta que se vea como sale el café, para luego cerrarla y que no salpique. Una vez que haya salido todo el café, conviene retirar la cafetera italiana del fuego y servirlo bien caliente.
Siguiendo estas simples indicaciones se podrá conseguir un excelente resultado final al preparar una buena taza de café.
Claves para hacer el café perfecto
La típica cafetera italiana o moka ha ido dejando paso a máquinas de café más modernas, pero aún hay muchas personas que disfrutan en su hogar del sabor más clásico del café. Ni las cafeteras de cápsulas ni las superautomáticas han conseguido acabar con esta cafetera que tiene un mecanismo muy sencillo pero efectivo.
El origen se remonta a la Italia de la década de los años 30, cuando se vio necesario el disponer de un aparato que facilitase la preparación del café en casa, permitiendo de esta manera que cada familia pudiese tomarse un buen café recién hecho en su cocina.
Actualmente, podemos encontrar cafeteras que mantienen la esencia clásica, pero para sacarle todo el partido y poder preparar el mejor café posible, hay que saber cómo preparar el café paso a paso.
Aunque sobre gustos no está nada escrito, es muy importante hacer una buena elección del café, siendo conscientes de que se trata de un ingrediente muy delicado y sensible al contacto con el aire, el calor y a los olores externos, que empieza con su proceso de oxidación y perder aroma en el momento en el que se tuesta y más aún cuando es molido.
Es recomendable invertir en un molinillo del café para moler los granos al momento, aunque siempre se puede comprar ya molido. En cualquier caso, es importante que el café sea de tueste natural, 100% arábica o un blend con robusta. El molido debe ser punto de molido medio, para luego llenar el depósito de la cafetera con un agua mineral de calidad.
Debe ser agua caliente para evitar que los granos de café molido se calienten en exceso antes de la infusión, y en caso contrario puede terminar por estropear el aroma y el sabor, haciendo que el café tenga un sabor más amargo.
A continuación, habrá que llenar el cacillo de café, dejándolo caer con suavidad y ocupando todo el espacio de la cafetera para ello, pero sin presionar. Para nivelar el café sobrante, usa una cucharilla y limpia lo que haya podido quedar en los bordes del cacillo, para luego ya encajarlo sobre el agua caliente.
Con cuidado de no quemarse al tocar la base, hay que encajar la jarra superior sobre el embudo de café, girando, pero sin excederse en fuerza, agarrándola por el cuerpo y comprobando siempre que la goma está en buen estado. A partir de ahí, sitúa la base sobre el fuego de la cocina, pero este debe ser del tamaño que corresponda, nunca más grande que el diámetro, y elegir una temperatura media-baja, dejando la tapa abierta.
Cuando el café comienza a salir de manera viva, llegará el momento de cerrar la tapa y apagar el fuego, retirando la cafetera del mismo cuando haya salido todo el café para que no se caliente demasiado. Una vez que se aprecie el burbujeo, será el indicativo de que el café está listo, sin ser necesario que hierva.
Por supuesto, para disfrutar del mejor café es imprescindible que se sirva inmediatamente, pues recién hecho se pueden apreciar mejor sus matices. Aunque se puede recalentar, no es lo más recomendable, ya que en ese caso será evidente la pérdida de calidad en el producto, mostrando un sabor más amargo y quemado, muy lejos de los granos originales.
Para finalizar el proceso, habrá que limpiar y secar la cafetera lo antes posible y de manera exhaustiva para que esté en perfecto estado para preparar nuevos cafés.