El sencillo truco para mantener la bebida fresquita en la playa si no tienes una nevera portátil

Lo malo de las neveras de playa es que se usan solo unas pocas semanas al año, el resto del tiempo están guardadas en el trastero o en un altillo de algún armario ocupando un espacio que podríamos emplear para otra cosa.

O si, por lo que sea, solo vais a comer al campo o a la playa esporádicamente, el truco que os traemos hoy os va a funcionar fenomenal.

Es algo realmente sencillo de llevar a cabo y nos permitirá improvisar una "nevera" para mantener frías las bebidas y la comida fuera de casa hasta el momento de consumirlas. Ya sabéis que en Cocinillas nos encanta buscar soluciones para todas las necesidades que podemos tener en el día haciendo uso de lo que tenemos a mano, desde abrir un bote cuya tapa se resiste usando un sacacorchos hasta usar un pintalabios gastado para untar la mantequilla sin romper la tostada.

Si, además, el hack sirve para reutilizar algo que ya tenemos y no tenemos que comprar nuevos elementos haciendo la solución más sostenible, personalmente, me gusta aún más.

Nevera portátil casera para la playa

Para poder irnos a la playa sin que las bebidas se conviertan en caldo y la comida en un festival de microorganismos solo necesitamos una bolsa isotérmica, algunos cartones de leche vacíos y, si es posible, periódicos viejos.

Las bolsas isotérmicas son esas bolsas ligeramente acolchadas y con el interior forrado de aluminio que se usan para transportar congelados, son muy baratas y, seguramente, casi todo el mundo tiene una en casa de alguna visita al supermercado.

Y, si no tenemos acumuladores de frío, que son esas placas o bolsas llenas de un gel refrigerante que guardamos en el congelador, podemos utilizar cartones de leche vacíos que llenaremos con agua hasta un 90 % de su capacidad y los tendremos en el congelador hasta el momento de usarlos. En función del tamaño de la bolsa y de lo que llevemos en ellas, necesitaremos más o menos cantidad.

Los cartones de leche resultan cómodos porque, por su forma, son fáciles de apilar y de manipular, y, por tratarse de un cartón recubierto con plástico y aluminio, proporcionan cierto aislamiento térmico que ralentizaría el proceso de descongelación, pero, si no tenemos suficientes, también podremos congelar alguna botella de agua que, se descongelarán antes, pero nos servirá para tener agua fresquita hasta casi el final de la jornada. Tanto si se usan cartones como si se usan botellas, lo que sí debemos hacer es dejar nuestra nevera en una zona de sombra donde los rayos de sol no incidan de manera directa.

Cómo colocar las cosas en la nevera de la playa

El error más frecuente al colocar las cosas en una nevera de playa, independientemente de que sea una nevera comprada o la que podemos improvisar con el truco de hoy, es pensar que el hielo o las placas refrigerantes hay que ponerlas en los laterales abrazando la comida. Mucha gente hace eso pensando que así se van a enfriar las bebidas, pero esto no es así.

Lo primero que hay que tener claro es que las neveras portátiles no están pensadas para enfriar la comida o la bebida, sino para mantener la temperatura, por lo que no tiene sentido meter algo que tenemos en la despensa con la intención de que esté frío a la hora de comer, sino la de mantener frías las cosas que hemos metido frías, así que solo debemos transportar en ellas cosas que ya llevaran un tiempo en la nevera.

Si solo vamos a transportar bebidas, el hielo debemos ponerlo arriba, pues esa es la zona por donde la nevera va a recibir más calor. Si también vamos a transportar comida cruda, entonces pondremos hielo debajo, sobre él los alimentos crudos, encima las bebidas frías y terminaremos con el hielo.

Tan importante como el hielo, es rodear la nevera de un buen aislante que ayude a mantener el frío en su interior y eso es lo que conseguiremos con los periódicos, poner una cuantas hojas de periódico en el fondo, en los laterales y en la parte superior también ayudará a mantener fresco lo que nos llevemos a la playa.