Mariscos diversos

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Aprende a cocinar

El sencillo truco para que el marisco aguante bien en la nevera sin tener que congelar

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Faltan solo tres días para Nochebuena y ya casi todo el mundo tiene claro qué es lo que va a hacer en la primera de las grandes celebraciones navideñas. Eso incluye cuadrar la agenda para comprar todos los productos frescos que sean necesarios para la elaboración del menú.

Cuando se trata de mariscos, hay que ser muy cuidadosos tanto con su manipulación como con el control de los tiempos, pues son productos muy delicados, con una vida útil muy breve, pues se deterioran mucho más rápido que otros alimentos. Lo ideal, cuando se trata de mariscos frescos, es consumirlos el mismo día que se compran. En Galicia, por ejemplo, es muy común que, en los días más señalados, el marisco fresco se venda por encargo y es la manera de asegurarnos de tener el marisco que queremos lo más fresco posible.

Que la Nochebuena coincida en un día laborable puede complicar las cosas, ya que a muchos les será imposible acercarse ese mismo día a la pescadería y tendrán que hacerlo con uno o dos días de antelación, poco tiempo para congelar y descongelar, pero quizá demasiado para algunos mariscos si se dejan de cualquier modo en la nevera. 

Cuánto aguanta el marisco fresco en la nevera y cómo conservarlo

El marisco fresco crudo no aguanta más de 1-2 días en la nevera, aunque algunos de ellos se pueden cocer y así nos durarán hasta 3 días. La cocción previa es buena idea porque, además, nos permite adelantar trabajo al no tener que dejarla para el último momento.

Hay que contar con la particularidad de que, lo ideal, es conseguir mantener el marisco vivo hasta el momento de cocinarlo, por eso es tan importante saber cómo guardarlos en la nevera. Que nadie se asuste, no tenemos que hacerles una piscina de agua salada, pero sí debemos tener en cuenta que no podemos meterlos en el frigorífico como si fuesen un paquete de lonchas de jamón York. Ese es el verdadero truco para que se conserven bien.

En todos los casos, si el marisco presenta olor desagradable, como a amoníaco, o resulta baboso al tacto, debe descartarse.

Moluscos con cáscara

Si están vivos, como es habitual en el caso de las almejas, las navajas, los mejillones o las ostras, los envolveremos en un trapo húmedo (que no mojado ni chorreando) y los dejaremos en un recipiente abierto. Necesitan aire para mantenerse vivos, así que no los dejaremos ni en bolsas de plástico ni en recipientes cerrados. Pueden aguantar hasta 2 días. Los caracoles de mar como bígaros o cañaíllas y los erizos de mar se conservan de la misma manera.

Aunque, antes de cocinar las almejas, se recomienda dejarlas una o dos horas en un bol e agua con sal para que suelten la arena, no las conservaremos así, sino que las dejaremos envueltas en el trapo, hasta un par de horas antes de utilizarlas y será en ese momento cuando las pongamos en agua.

Cuando no están vivos, como puede ser el caso de las vieiras, que es obligatorio venderlas evisceradas, se deben consumir en un plazo de dos días y se conservan bien en las cajas de porexpán en las que se suelen distribuir. De no ser posible, puede ser buena idea adquirir unas vieiras congeladas de calidad.

Un caso un tanto especial es el de las ostras, que se pueden conservar vivas en la nevera durante muchos días siempre y cuando estén completamente cerradas.

Crustáceos

Langostinos, bogavantes, cigalas, centollos, camarones o incluso percebes se pueden cocer con antelación y así aumentar un poco su vida útil (hasta 3 días). La cocción es obligatoria si no están vivos. Si están vivos, pueden dejarse en una bandeja tapados con un paño húmedo, sin lavarlos previamente, por un máximo de 2 días.

Cefalópodos

El pulpo, que cada vez eligen más personas como parte de sus menús navideños, y los calamares también se deben consumir de inmediato. Si no es posible, se deben limpiar bien retirando las vísceras, secarlos muy bien y guardarlos en un recipiente cerrado herméticamente o envasados al vacío.

En el caso concreto del pulpo, no supone ninguna ventaja consumirlo fresco, al contrario, el truco para que esté más tierno y delicioso consiste en congelarlo.

Mariscos frescos ya envasados

Esta forma de presentación es cada vez más frecuente en supermercados. En caso de adquirir el marisco así, nos guiaremos por la instrucciones de conservación y la fecha de caducidad que aparezcan en el etiquetado.

Mariscos descongelados

Otro formato de venta muy popular en algunas especies es descongelado, es decir, marisco que ha llegado al punto de venta congelado y ahí se descongela para que el cliente se lo pueda llevar listo para usar, en este caso, debe consumirse en un plazo de 24 horas y, en ningún caso, volver a congelarse.