Cocinando carne.

Cocinando carne. iStock

Aprende a cocinar

Este es el error que muchos cometen en España a la hora de cocinar la carne y perjudica la salud

Un listado de recomendaciones que debemos tener en cuenta a la hora de elaborar este alimento.

Más información: Carne en salsa, la receta tradicional de abuelas que nunca falla.

Publicada
Actualizada

La carne es un alimento muy presente en nuestra dieta diaria, no obstante, no siempre sabemos cocinarla como es debido. Prepararla de manera adecuada no sólo realza su sabor y textura, sino que también es esencial para garantizar la seguridad alimentaria. A continuación, algunas de las recomendaciones clave para una preparación segura y deliciosa de la carne, según los expertos.

1. Importancia de la temperatura interna

Alcanzar la temperatura interna adecuada durante la cocción es crucial para eliminar posibles microorganismos patógenos presentes en la carne cruda, como Salmonella o Escherichia coli. Las recomendaciones varían según el tipo de carne:

  • Carnes de cerdo, vacuno, cordero y ternera (cortes enteros): cocinar hasta alcanzar una temperatura interna mínima de 63°C, seguida de un reposo de 3 minutos.

  • Carne molida de res o cerdo: se aconseja una temperatura interna de 71°C.
  • Carne de aves (pollo, pavo): se recomienda una temperatura interna de 74°C para asegurar su inocuidad.

2. Métodos de cocción y su impacto en la calidad de la carne

El método de cocción influye en la textura, sabor y perfil nutricional de la carne. Algunas técnicas recomendadas son:

-Parrilla o plancha:

Este método potencia el sabor y permite eliminar parte de la grasa. Es ideal para cortes como entrecot o solomillo. Se debe evitar el contacto directo con llamas para prevenir la formación de compuestos potencialmente nocivos como las aminas heterocíclicas y los hidrocarburos aromáticos policíclicos.

-Cocción lenta o guisos:

Es una opción excelente para carnes más fibrosas, como el morcillo o la falda. La cocción prolongada a baja temperatura (entre 80 y 90°C) ayuda a descomponer el colágeno, obteniendo una textura más tierna y jugosa.

-Horneado:

Ideal para piezas grandes como el cordero o el lomo de cerdo. Se recomienda usar temperaturas moderadas (150-180°C) para conservar jugosidad sin resecar la carne.

-Hervido o escaldado:

Muy utilizado en caldos y sopas, este método extrae nutrientes hidrosolubles de la carne, por lo que es recomendable consumir también el caldo resultante.

3. Importancia del reposo y corte

Tras la cocción es esencial dejar reposar la carne antes de cortarla, permitiendo que los jugos se redistribuyan y mejoren su textura. Para cortes como el entrecot o el solomillo, un reposo de 5 minutos es ideal. Además, el corte también influye en la jugosidad: se recomienda hacerlo perpendicular a las fibras musculares para obtener una textura más tierna.

4. Seguridad e higiene en la manipulación de la carne

Para prevenir intoxicaciones alimentarias, es clave seguir estos tres principios de seguridad:

  • Separar la carne cruda de otros alimentos para evitar la contaminación cruzada.
  • Lavar las manos y utensilios tras manipular carne cruda.
  • No descongelar la carne a temperatura ambiente, sino en el frigorífico o bajo agua fría corriente.