
Una persona cortando ajos iStock
Ni limón ni café: el método más eficaz para quitar el olor a ajo y cebolla de las manos en segundos, según los expertos
No es necesario frotarse las manos con ninguna sustancia, aunque también veremos algunas muy efectivas.
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El ajo y la cebolla son ingredientes ampliamente utilizados en muchas cocinas del mundo, pero tienen un inconveniente: su olor penetrante se queda impregnado en nuestras manos durante horas y resulta bastante difícil de quitar si no se sabe cómo hacerlo.
Después de manipular estos ingredientes, pese a lavarnos las manos con jabón varias veces o, incluso, utilizar alguna colonia o perfume, el olor persiste durante horas o, incluso, parece que se intensifica.
Para solucionar el problema, existen muchos trucos caseros, como frotarlas con café o con perejil o sumergirlas en leche, que más que para quitar el mal olor sirven para desperdiciar estos productos. En cambio, existe un truco muy efectivo que neutraliza por completo el olor en cuestión de segundos. Es el que usan los cocineros profesionales y, quizá, el menos conocido fuera de ese ámbito.
¿Por qué cuesta tanto quitar el olor a ajo y cebolla de las manos?
La manera más eficaz de encontrar la solución a un problema es identificar la causa, porque así podremos actuar sobre la raíz y la situación que queremos evitar dejará de producirse.
Lo que provoca que, cuando picamos unos dientes de ajo o unas cebollas, el olor se queda en nuestra piel durante horas, son algunos compuestos sulfurosos (que contienen átomos de azufre) presentes en estos vegetales que son liposolubles y se integran en la grasa natural que tiene la piel de nuestras manos.
Estas sustancias no son capaces de disolverse en agua, por lo que el lavado con agua y jabón no es suficiente para eliminarlas. De hecho, puede ser contraproducente y llegar a intensificar el olor si el lavado se realiza con agua caliente, pues ésta dilata los poros haciendo que los compuestos malolientes penetren más a fondo en nuestra piel y luego tarden horas en liberarse.
Algunos remedios tradicionales
Poner una cucharadita de sal sobre medio limón y frotar la piel con él es uno de estos métodos "de toda la vida". Puede descomponer algunos de los compuestos sulfurosos, pero también puede irritar la piel. Si tenemos algún corte o arañazo, podemos "ver las estrellas".
El vinagre también es un método clásico, con una eficacia similar a la del limón y con los mismos inconvenientes, por lo que tampoco es demasiado recomendable.
Un método menos irritante consiste en frotar las manos con una pasta hecha con bicarbonato de sodio y agua, que puede eliminar parte de los aceites que están sobre nuestra piel y, con ellos, los compuestos del ajo y la cebolla.
Sumergir las manos en leche, aparte de suponer un desperdicio considerable, puede ayudar a arrastrar una pequeña parte de los compuestos liposolubles, pero no merece la pena, habiendo métodos mucho más rápidos como el que os contamos más adelante.
El método del café, que también podrían servir posos del café y así no tendríamos que desperdiciar café, tampoco es muy eficaz, puede absorber algo el olor, pero no lo elimina. Frotarse las manos con hierbas aromáticas frescas como perejil o menta, puede disimular el olor momentáneamente, pero no lo neutraliza ni lo elimina.
El truco que mejor funciona usado en las cocinas profesionales
Si los compuestos causantes del intenso olor del ajo o la cebolla fuesen venenos, no cabría duda de que la solución sería buscar un antídoto, un elemento que interactuase químicamente con ellos para neutralizar su efecto. Exactamente eso es lo que recomiendan los expertos y es el "truco" que usan los chefs.
Lo mejor de todo es que la solución al olor a ajo en las manos la tenemos más cerca de lo que pensamos y, además, es gratis. Solo necesitamos un objeto de acero inoxidable, que puede ser una cuchara, la hoja de un cuchillo, una sartén o una olla o el propio fregadero, siempre y cuando sean de este material. También existen en el mercado unas piezas de acero con forma de pastilla de jabón que son específicas para tal fin, tienen la ventaja de que, por su forma, es más fácil frotarse las manos con él, pero haría el mismo efecto, si frotamos una superficie con ellas.
Parece magia, pero es ciencia, pura química, como todo lo que pasa en la cocina. Para eliminar el olor a ajo de nuestras manos, solo tenemos que mojarnos las manos con agua fría, frotar una superficie de acero inoxidable durante unos 30 segundos y, finalmente, lavarlas como de costumbre con agua y jabón.
Tal como explican en sendos vídeos de Instagram el cocinero chileno Heinz Wuth (@soycienciaycocina) y el químico Vladimir Sánchez (@laboratoriodevlad), este truco es altamente efectivo porque el acero inoxidable, un material compuesto por átomos de hierro, carbono y cromo, reacciona químicamente con esos compuestos derivados del azufre haciendo que desaparezcan de nuestra piel y, en consecuencia, eliminando el olor.
El acero no solo es muy eficaz para quitar el olor a cebolla y ajo, también lo es para quitar el olor a pescado de las manos. Lo mismo con el marisco. Estos son causados por algunas aminas y compuestos sulfurosos que, igualmente, interactúan con los átomos del acero.
Aunque sus efluvios no son tan intensos como los del ajo, la cebolla o el pescado, los huevos cocidos pueden liberar sulfuro de hidrógeno, cuyo olor también se puede neutralizar con este método del acero.