
Una croqueta de jamón.
Ni nuez moscada ni mantequilla: el truco infalible para dar más sabor a la bechamel de las croquetas
Aunque muchos usan ingredientes clásicos como la nuez moscada o la mantequilla, hay un truco que llevará el sabor de tus croquetas a otro nivel.
Más información: La sencilla receta de la madre de un chef con dos estrellas Michelin para hacer unas croquetas de jamón perfectas
En España, las croquetas son una de las tapas más queridas. Ya sean de jamón, pollo, cocido, rabo de toro, chorizo o morcilla, las opciones son casi infinitas y siempre deliciosas. Cada región tiene sus variantes, pero todas comparten una cosa: nos encantan.
Para preparar croquetas caseras perfectas, el primer paso crucial es hacer una bechamel de calidad. Esta mezcla debe ser suave, sin grumos, y con mucho sabor. Si no conseguimos una bechamel perfecta, las croquetas no tendrán la textura ni el sabor que esperamos.
Existen varios trucos para conseguir una bechamel impecable. Uno de los más importantes es añadir la leche poco a poco mientras removemos constantemente. Este proceso evita los grumos y garantiza una mezcla homogénea.
Otro truco es cocinar la harina adecuadamente, ya que si no se cocina bien, puede darle un sabor crudo a la bechamel. Debes cocinarla lo suficiente para que pierda el sabor a harina, pero sin que se queme.
Si sigues estos pasos y trucos, conseguirás una bechamel perfecta y, con ello, unas croquetas caseras deliciosas que no fallarán.
Misma proporción de harina y mantequilla
Uno de los secretos para hacer una bechamel perfecta es utilizar la misma cantidad de harina y mantequilla. Para preparar unas croquetas, se recomienda usar entre 80 y 120 gramos por litro de leche, dependiendo de la textura que desees.
Si usas menos cantidad de harina y mantequilla, la bechamel quedará más cremosa, pero las croquetas serán más difíciles de manejar. La proporción ideal para una textura equilibrada es 100 gramos de cada uno, lo que garantiza que las croquetas queden jugosas y fáciles de dar forma.
Con esta base, no solo conseguirás una bechamel suave y rica, sino que también facilitarás la preparación de las croquetas, evitando que se deshagan durante la fritura. Ahora que sabes este truco, vamos a contarte otros consejos clave.
Cocinar bien la harina
Un aspecto clave al hacer la bechamel es cocinar bien la harina. Si sigues las medidas correctamente, no tendrás que corregir la mezcla, pero este paso es esencial para evitar que la harina quede cruda.
Lo ideal es agregar la mantequilla junto con un poco de aceite, lo que evitará que se queme. Una vez hecho esto, sofríe ingredientes como la cebolla y el jamón (o lo que desees añadir a la bechamel). El sabor final de las croquetas depende mucho de este paso.
Cuando añadas la harina, es fundamental dejarla cocinar bien. Esto no solo elimina el sabor crudo, sino que también permite que la mezcla se convierta en una masa consistente y perfecta para formar las croquetas.
La leche caliente y sin parar de remover
Cuando la masa esté lista, agregar la leche poco a poco es crucial. Asegúrate de que la leche esté caliente, ya que esto facilita la elaboración de la bechamel y evita que se formen grumos.
Otro punto clave es no dejar de remover mientras añades la leche, ya que esto asegura que la mezcla se mantenga suave y homogénea. Siguiendo estos pasos, verás que hacer la bechamel será un proceso mucho más sencillo.
Ahora que dominas estos trucos básicos, te revelamos dos secretos adicionales para darle aún más sabor a tus croquetas.
Leche con huesos de jamón o caldo
Este paso no es obligatorio, pero cocer la leche con huesos de jamón le dará a la bechamel de tus croquetas un sabor mucho más intenso. Cocina la leche a fuego lento para evitar que se evapore demasiado y pierdas la cantidad necesaria.
Si prefieres una opción diferente, puedes agregar un poco menos de leche y complementar con caldo de cocido o de jamón, hasta alcanzar el litro necesario. Esta combinación realza el sabor de las croquetas de una manera sorprendente. Ahora te damos más trucos para que consigas el resultado perfecto.
La bechamel debe reposar en frío
Una vez que tengas lista la bechamel, agrega un poco de nuez moscada y sal (si es necesario) y colócala en una bandeja grande, asegurándote de que la capa no sea muy alta.
Déjala reposar en frío durante unas horas, cubriéndola con papel film para evitar que se reseque. Después, solo tendrás que darle forma a las croquetas, rebozarlas y freírlas. Este paso es sencillo pero esencial para obtener croquetas perfectas. Ahora te mostramos cómo hacerlo.
Rebozar y freír las croquetas
Después de unas horas, da forma a la bechamel en croquetas (o la forma que prefieras). Luego, pásalas por harina (si lo deseas), huevo y pan rallado.
A continuación, fríelas en una sartén con abundante aceite caliente. Es importante sumergirlas completamente en el aceite para un dorado uniforme. Déjalas hasta que estén doradas y retíralas del fuego. Cuando las pruebes, verás que tienen un sabor increíble y que el proceso ha sido más sencillo de lo que parece.