Así se hacen las almejas a la marinera: una receta rápida, con pocos ingredientes y rica en proteínas

Las almejas a la marinera son un plato tradicional de la cocina española, especialmente popular en las regiones costeras de Galicia (sobre todo en la zona de las Rías Bajas), Cantabria o Asturias. Hay varias versiones de esta receta, pero fundamentalmente se elabora a partir de un sofrito de cebolla, tomate triturado y vino blanco. En regiones como Asturias, por ejemplo, no se le suele echar tomate. 

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El plato se prepara usando almejas frescas, que primero se limpian bien para eliminar cualquier resto de arena. (A veces también se emplean chirlas, que son de menor tamaño). Luego, como decíamos, se cocinan en una salsa a base de ajo, cebolla, vino blanco y tomate. Los ingredientes clave de la salsa son el pimentón, que le da un toque de color y sabor ahumado, y el perejil fresco, que aporta frescura al plato. También puede llevar un toque de guindilla para aportar un matiz piante. 

Las almejas a la marinera suelen servirse como tapa o entrante, acompañadas de un buen trozo de pan para mojar en la deliciosa salsa. Es un plato sencillo, pero lleno de sabor, que captura la esencia del mar, de ahí que se haga llamar a la marinera. La receta, además de resultar deliciosa a la mayoría de la gente, es un excelente ejemplo de cómo con pocos ingredientes se puede lograr un plato excelente que honra la calidad de los productos frescos del mar.

Un plato de almejas a la marinera. iStock

Cómo cocinar almejas a la marinera

Beneficios nutricionales de las almejas a la marinera

Las almejas a la marinera no sólo son un plato delicioso, sino también muy nutritivo. Para empezar, las almejas son una excelente fuente de proteínas de alta calidad, fundamentales para el crecimiento y la reparación de tejidos. Además, son bajas en grasas, lo que las convierte en una opción saludable, y son ricas en vitaminas y minerales, como el hierro, que es esencial para la producción de hemoglobina.

La cebolla, por su parte, aporta un gran sabor al plato con un bajo contenido calórico. Además, contiene antioxidantes que ayudan a proteger las células y favorecen la salud digestiva. El ajo también es un ingrediente clave, conocido por sus propiedades antibacterianas y antivirales: sus compuestos fortalecen el sistema inmunológico, y también pueden ayudar a reducir la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular.

Por último, el tomate es una fuente rica en licopeno, otro potente antioxidante que puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Además, aporta vitaminas C, A y K, todas esenciales para el bienestar general. Este conjunto de ingredientes no solo realza el sabor del plato, sino que también lo convierte en una opción muy saludable para nuestra dieta.

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