
Un guiso de pollo (Imagen de archivo) iStock
Los guisos de pollo de mi abuela eran una bomba de sabor: este era su secreto
Un truco humilde y efectivo para conseguir que el pollo quede delicioso.
Más información: Ni especias ni pastillas de caldo: el sencillo truco de abuela para que los guisos de carne queden deliciosos
- Total: 1 h
- Comensales: 4-5
Cuando hablamos de recetas tradicionales de cada sitio siempre salen nombres como paella valenciana, cocido madrileño, marmitako, migas extremeñas, caldo gallego, en cambio, pocas veces acabamos hablando de recetas que me atrevería a decir que son, si cabe, más universales.
Si ahora mismo hiciese una encuesta, no tengo pruebas, pero tampoco dudas de que se han comido más guisos de pollo que paellas o bacalaos a la vizcaína. Los guisos de pollo han alimentado a muchas generaciones y lo siguen haciendo. Lo más apasionante es que es difícil encontrar dos recetas que sean exactamente iguales.
Un truco para hacer un guiso de pollo de chuparse los dedos
Aunque casi todos los guisos partan de una base parecida, dorando el pollo y cocinando un sofrito con algunas hortalizas para terminar cocinándolo en un caldo a fuego lento hasta conseguir un pollo tierno con una salsa deliciosa, cada persona tiene sus métodos.
Unas personas añaden patatas y con eso no solo consiguen tener una receta que sirve para un menú de plato único, sino que también consiguen una salsa más ligada gracias al almidón que liberan estos tubérculos. Otro truco que no mucha gente conoce es añadir alguna manzana, pues éstas no solo aportan una nueva capa de sabor al guiso, sino que liberan pectina, otro espesante natural que, además, le da un bonito brillo a la salsa.
Hoy hablaremos de otro truco que tampoco es excesivamente conocido y da unos resultados maravillosos, consiste en incorporar al guiso una miga de pan empapada en un par de cucharadas de vinagre. Con esto conseguimos varias cosas que mejoran el resultado del guiso:
- La miga de pan actúa como espesante liberando almidón y dando consistencia y textura untuosa a la salsa, ya que al final la vamos a triturar con todo.
- El ácido del vinagre realza el sabor del guiso equilibrando la grasa del pollo.
- El vinagre facilita la extracción del colágeno del pollo, algo que no solo es interesante en términos nutricionales, sino que también mejora la textura de la salsa.
Ingredientes para hacer un guiso de pollo delicioso
- Pollo entero, 1 ud
- Cebollas, 2 ud
- Ajo, 4 dientes
- Zanahorias, 2 ud
- Vinagre, 2 cucharadas
- Miga de pan, unos 50 g
- Aceite de oliva, 3 o 4 cucharadas
- Laurel, 2 hojas
- Caldo de pollo, cantidad necesaria
- Pimienta en grano, 1 cucharadita
- Tomillo, al gusto
- Sal, al gusto
- Azafrán, unas 20 hebras
Paso 1
Limpiamos bien el pollo, retirando cualquier exceso de grasa o plumas, y lo Cortamos en trozos medianos. Si lo compramos en una pollería o carnicería, podemos pedir que nos lo corten “para guisar” y ese trabajo que nos podemos ahorrar.
Paso 2
En una cazuela grande, calentamos un fondo de aceite de oliva a fuego medio-alto y doramos los trozos de pollo por todos sus lados, no buscamos freír el pollo, solo dorarlo de manera uniforme. Retiramos los trozos de pollo de la cazuela y reservamos.
Paso 3
Picamos finamente las cebollas, los ajos y las zanahorias y los añadimos a la cazuela con el aceite de haber dorado el pollo. Rehogamos todo, removiendo constantemente hasta que se ablanden las hortalizas y comiencen a soltar sus jugos.
Paso 4
Sazonamos con sal, pimienta en grano, las hojas de laurel, tomillo y perejil picado. Mezclamos bien para que los sabores se integren.
Paso 5
Empapamos la miga de pan en el vinagre y la incorporamos a la preparación.
Paso 6
Diluimos el azafrán en un poco de agua caliente y lo agregamos al guiso.
Paso 7
Incorporamos los trozos de pollo de nuevo a la cazuela y vertemos caldo de pollo caliente hasta cubrir ligeramente todos los ingredientes. Dejamos cocinar a fuego lento durante aproximadamente 45 minutos, removiendo de vez en cuando y asegurándonos de que el líquido no se evapore en exceso. Si fuese necesario, añadimos más caldo.
Paso 8
Una vez que el pollo esté tierno y la salsa haya reducido, retiramos las hojas de laurel y trituramos la salsa con una batidora hasta obtener una textura homogénea y suave.
Una receta que alimenta
Como suele ser habitual en las recetas "de abuela", este guiso de pollo es una opción equilibrada y nutritiva, ya que aporta proteínas, vitaminas y minerales además de estar riquísimo. El pollo es una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico, fundamentales para el mantenimiento y reparación de los tejidos del cuerpo.
Es una carne magra y fácil de digerir que, además, si se cocina sin piel, aporta muy poca grasa, lo que lo convierte en una alternativa saludable dentro de una alimentación equilibrada. Las zanahorias y las cebollas añaden fibra, vitaminas y antioxidantes, contribuyendo al buen funcionamiento del sistema digestivo y fortaleciendo el sistema inmunológico.
Desde el punto de vista energético, este plato es moderado en calorías y grasas, especialmente si se controla la cantidad de aceite utilizada en la cocción. La miga de pan, aunque en pequeña cantidad, aporta hidratos de carbono que ayudan a dar textura a la salsa sin afectar significativamente el valor calórico del guiso.
Por otro lado, el vinagre y el azafrán no solo potencian el sabor del guiso, sino que también tienen propiedades antioxidantes. Las especias como el tomillo y el laurel contribuyen con propiedades antiinflamatorias y favorecen la digestión.
Para acompañar este guiso y disfrutar de un menú completo, podemos servirlo con acompañamientos como arroz basmati o integral, que absorben bien la salsa y aporta un extra de fibra. También podemos optar por un puré de patata o incluso de calabaza, que aportaría un toque dulce y cremoso.
Si buscamos una guarnición más festiva, unas patatas asadas en gajos con hierbas aromáticas pueden ser una excelente alternativa, aportando un toque crujiente y dorado que complementa la suavidad del pollo. Para una opción más ligera y fresca, una ensalada de hojas verdes con granada y frutos secos puede añadir un contraste refrescante y lleno de color. De este modo, podemos transformar este guiso tradicional en una comida versátil y atractiva para cualquier ocasión.
Si te falta algún ingrediente...
En repostería y en alta cocina, seguir la receta al pie de la letra es clave para conseguir el éxito, pero en las recetas de las abuelas pocas cosas hay que no se puedan cambiar. Igual que ellas cocinaban siempre con lo que tenían a mano, nosotros también podemos hacerlo.
Si nos falta algún ingrediente para preparar este guiso de pollo, podemos hacer varias sustituciones sin que apenas se note en el resultado final. Por ejemplo, si no tenemos caldo de pollo, podemos utilizar agua con un poco de sal y algunas especias o caldo de verduras casero o una pastilla de caldo disuelta en agua caliente. En el caso del vinagre, su función es aportar un punto de acidez, así que se puede reemplazar con unas gotas de zumo de limón.
Si no tenemos una miga de pan para espesar la salsa, otra cosa que usaba mi abuela era un puñado de almendras molidas, que es algo muy habitual en Andalucía. También podemos recurrir a una pequeña cantidad de maicena o pan rallado para lograr el mismo efecto, lo que no debemos usar es harina porque si no se cocina bien puede dejar sabor a harina cruda. En cuanto a las especias, si no tenemos azafrán, podemos sustituirlo por cúrcuma, que aporta un color similar y, además, tiene propiedades antiinflamatorias. De la misma manera, si nos falta tomillo o laurel, podemos emplear orégano, mejorana o romero, que también combinan fenomenal con el pollo.
En cuanto a las verduras, si no tenemos zanahorias, podemos usar pimientos o calabacín para aportar un punto dulce. Si nos falta la cebolla, el puerro o la chalota pueden cumplir una función similar en el sofrito. También podríamos preparar el guiso solo con muslos o contramuslos, según lo que tengamos a mano.