Tarta de pistacho y crepes, un postre delicado y más fácil de lo que parece

De origen francés, el Gâteau de Crêpes o 'pastel de crepes', no es realmente un pastel propiamente dicho. Consiste en alternar capas de crepes con capas de crema de manera que, apilándolos, se forme un pastel alto. A la vista es absolutamente impresionante.  Si se busca un postre con el que sorprender en reuniones familiares o con amigos, la tarta de mil crepes es, definitivamente, el postre que hay que presentar.

Hay muchas maneras diferentes de personalizar este impresionante pastel, bien en la crema, en la masa de las crepes o añadiendo una cobertura final (aunque esta última no es necesaria y hay muchas versiones que optan por dejar la tarta desnuda).

La principal variación es en el sabor de la crema, o relleno. Hay elaboraciones más complejas como puede ser una crema pastelera, a la que se le puede dar sabor con chocolate, azafrán, café, o vainilla, o se pueden hacer rellenos más simples batiendo queso crema o mascarpone, nata montada e incorporando igualmente esos sabores, frutos secos o frutas cortadas a trocitos.

No faltan las versiones de tarta mil crepes de tiramisú, Red velvet, o de té matcha. Aunque los amantes del pistacho adorarán esta, como también lo harán con el café de pistacho, la piña asada con mousse de pistacho o la lubina al horno con costra de pistachos. 

Pero también se puede variar la masa de las crepes, dándole otro sabor (incorporando, por ejemplo, cacao a su masa o polvo de té matcha) con lo que variará también su color y podrá crear así un precioso contraste al corte, entre la masa y el relleno. Ver al corte todas esas capas de crepes contrastando con la crema es algo que realmente capta la atención de cualquiera

El truco para crear la mejor tarta mil crepes es hacer las crepes delgadas y todas del mismo grosor. Si las crepes son demasiado gruesas, le darán al pastel una textura demasiado gomosa y si no son parejos en grosor, el corte quedará poco estético. La crema, además, hay que mantenerla fría, con una textura firme para evitar que las capas de crepes se deslicen cuando estas cojan cierta altura, e igualmente habrá que tener cuidado con la cantidad de crema vertida en cada capa para que queden uniformes. Para todo esto, será útil tener a mano una cuchara medidora.

Puede parecer tediosa de realizar, pero con estos simples trucos y midiendo bien las cantidades el resultado será verdaderamente satisfactorio. Por ello, para esta versión de pistacho, haremos una masa básica de crepes, y un relleno sencillo tan solo montando nata y añadiendo crema de pistacho.

Descubre cómo preparar esta tarta de crepes y pistacho

Paso 1

Colocar todos los ingredientes de la masa en un vaso batidor. Añadir primero los líquidos y después las harinas. Batir unos segundos simplemente hasta que se integren, y colar por un colador de malla fina para evitar posibles grumos. Dejar reposar un mínimo de una hora en la nevera tapado con un film, o incluso toda la noche.

Paso 2

Mientras, añadir a un bol el queso crema con la nata liquida y montar con unas varillas eléctricas hasta que empiece a coger forma. Cuando se empiecen a marcar los surcos en la nata, añadir el azúcar glas y la pizca de sal. Batir hasta que al levantar la varilla esta forme un pico de nata duro.

Paso 3

Mezclar la nata montada con la crema de pistacho con movimientos suaves para evitar que se baje en exceso. Si la crema de pistacho de nuestra elección es muy densa, podemos ahorrarnos este paso e incorporarla por encima de la nata cuando se monten las capas de la tarta. La llevaremos a la nevera, tapada con film, para que este bien fría hasta que se vaya a usar.

Paso 4

Engrasar una sartén de 20 cm diámetro con mantequilla, a fuego bajo, pues la mantequilla se quema con facilidad. Para verter la masa en la sartén, y que queden todas las crepes del mismo grosor, nos ayudaremos de una cuchara medidora, o recipiente que contenga 65 ml de capacidad en una sartén de 20 centímetros de diámetro. Verteremos la masa en la sartén engrasada y giraremos la sartén para que esta quede bien repartida y cubra toda su superficie. Cocinaremos la crepe 2 minutos. Para adelantar tiempo, si tenemos 2 sartenes del mismo diámetro, podemos ir haciendo las crepes de dos en dos.

Paso 5

Cuando se hayan creado pequeñas burbujas en la capa superior y veamos que en el borde se ha formado una capa fina, le daremos la vuelta con ayudándonos con una espátula. Primero pasaremos la espátula por el borde para despegarlo, y la introduciremos entre la crepe y la sartén para darle la vuelta, para lo que podemos ayudarnos también de la mano. Cocinar 1 minuto más. Hacer lo mismo con el resto de la masa, engrasando ligeramente la sartén para cada crepe. Los iremos sacando a una rejilla de horno para dejar que se enfríen, intentando no apilarlos demasiado.

Paso 6

Una vez que los crepes estén fríos (se pueden cocinar el día antes para asegurarnos de ello) sacaremos la crema del frigorífico para proceder a montar la tarta. La montaremos directamente sobre el plato donde se vaya a presentar, pues es una tarta difícil de manipular una vez montada. Colocar una crepe, y, extender, por toda su superficie llegando a los bordes, 60 ml de crema para lo que nos ayudaremos de una cuchara medidora. Ir haciendo capas de crepe-crema de pistacho, terminando con una de crema.

Paso 7

Antes de consumir, guardar tapada en la nevera un mínimo de una hora para que se asienten las capas. A la hora de consumirla, se puede decorar con pistachos picados y espolvoreando, con la ayuda de un colador de malla, un poco de azúcar glas.