Óleo sobre lienzo: Judith decapita a Holofernes. La Biblia cuenta que regresó a casa con su cabeza. El 25 de marzo, el gobierno francés negó al dueño de esta pintura el certificado de exportación: baraja la atribución de esta obra a Michelangelo Merisi, más conocido como Caravaggio. Podría formar parte de los tesoros nacionales de Francia y tiene prohibida -temporalmente- su salida del país. El Ministerio de Cultura se ha pronunciado sobre la conveniencia de mantener esta tela en las manos privadas -y anónimas, por ahora- en las que se encuentra, al menos hasta que se haga un estudio más profundo de la composición y pueda dictarse su autoría.
Fue el Journal Official quien hizo pública la noticia el 31 de marzo subrayando las palabras del manifiesto gubernamental: la tela "recientemente descubierta y de gran valor artístico" podría ser identificada como una composición del maestro milanés. Los "tesoros nacionales" en Francia se encuentran amparados por la Ley 111-2 de Patrimonio: "La exportación temporal o permanente del territorio aduanero de bienes culturales -además de los tesoros nacionales que son de valor histórico, artístico o arqueológico- entran en una de las categorías definidas por decreto de Consejo de Estado y está sujeta a un certificado expedido por la autoridad administrativa", dice textualmente el artículo.
El certificado es sinónimo de que la propiedad no era un "tesoro nacional de la naturaleza". Para las mercancías cuya antigüedad no exceda a cien años, el certificado se emite por un período de veinte años renovables.
Cifras en el aire
Del dueño sólo se sabe que es parisino. También se mantienen restringidas las imágenes de la tela, pero se espera que pronto se hagan públicas. Eso sí: los expertos en Caravaggio se han mostrado muy interesados en este descubrimiento, teniendo en cuenta la cantidad de versiones y copias que se conservan de sus composiciones. Las opiniones están divididas, pero los estudiosos de la obra del artista se inclinan hacia el "sí". En los círculos artísticos se especula hasta con el precio de venta: en La tribune del art barajan la cifra de 110 millones de euros.
La única versión que se tiene, a día de hoy, autógrafa del maestro de Judith y Holofernes, se encuentra en la Galería de Arte Antiguo de roma. No obstante, el pintor flamenco Frans Pourbus explicaba -en una carta que data de 1607- de una segunda versión de Caravaggio. Ésta habría sido realizada en Nápoles. Pourbus contaba haberla visto en el taller de Louis Finson: Finson hizo una copia del cuadro original -perdido en la actualidad-. La versión de Finson perteneció primero a la banca italiana y ahora es propiedad de la Banca Intesa San Paolo de Nápoles.
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