El último concierto de Prince fue el 16 de abril en Atlanta, Estados Unidos. El día antes tuvo que acudir de urgencia al hospital, pero, con todo, no renunció a subirse al escenario. Cuentan que le dijo a sus fans "No gasten sus oraciones en mí todavía". Casi una semana después, fue encontrado sin vida en su casa. Fue, al menos, su petición final sobre las tablas. Las últimas palabras que se le recuerdan a Theodore Rooselvet antes de morir fueron "Apaguen la luz". Freud dijo "¡Esto es absurdo... esto es absurdo!"; Honoré de Balzac exclamó "¡Ocho horas con fiebre! Me hubiera dado para escribir un libro..." y Chéjov musitó: "Hace mucho que no bebo champán". Pancho Villa, directamente, le pidió a un periodista que asistió a su asesinato: "Ponga que dije algo, carajo". A Blas Infante aún le dio tiempo a exclamar un: "¡Viva Andalucía libre!".
Claro que las palabras últimas ejercen cierta fascinación sobre el ser humano. Tienen un no sé qué de despedida, de "ahí os quedáis, pero antes...". Por eso el Cuaderno de vacaciones para adultos de Daniel López Valle y Cristóbal Fortúnez (Blackie Books) propone al lector, en su quinto aniversario, un juego que consiste en adivinar a quién correspondió cada sentencia final. En el libro se encuentra música, series, literatura, deporte, cine, sexo, comida, ciencia... de Sánchez-Ferlosio a Pedro Sánchez pasando por Cervantes y Rita Barberá: retitos intelectuales por niveles para que a los niños grandes no se les seque el cerebro al sol. Jueguen.