Ourense

Era probablemente el peor día de toda la Vuelta para Alberto Contador. Porque en una carrera con tanto final en alto, tanta cuesta y ninguna llegada en descenso al estilo de la del año pasado en Cercedilla, el resto de días tendrá que jugársela él frente a sus rivales. Pero el de hoy no era así. Esta etapa inaugural era para los bloques, y el suyo era inferior al del resto de favoritos. Algo que escapaba totalmente a su control. [Así te lo hemos contado]

Sólo que tal vez no esperaba que fuese para tanto. El madrileño se ha dejado 52 segundos en la meta de Castrelo de Miño, en una contrarreloj de la que ha salido indudablemente mal parado. Tinkoff aguantó el tipo durante el primer tercio de la etapa, pero terminó cediendo ante el poderío de Sky, ganador de la crono, y Movistar. [Así está la clasificación general]

Ahora, tanto Froome como Valverde y Quintana le llevan casi un minuto en la general. “Es mucho tiempo, pero faltan veinte días”, ha dicho tras llegar a meta. Lo cierto es que en una carrera como esta, donde las etapas de montaña se suelen decidir por un puñado de segundos entre los mejores, tener ya una losa de casi un minuto no es insalvable, pero sí un contratiempo importante. Un primer golpe que, por lo menos, no afecta a su integridad física como el que recibió en el Tour y con el que en cierto modo ya contaba. Sólo que quizás se le ha ido más de la cuenta.

Victoria de 58 dientes

La etapa no pudo tener un final más apretado y coherente con lo que viene siendo la Vuelta a España en los últimos años: diferencias mínimas hasta el final. Sky –único equipo que sacó algunos corredores con plato de 58 dientes-, acabó doblegando en meta a Movistar por apenas 19 centésimas. Un verdadero suspiro. Peter Kennaugh ha obtenido el premio de ponerse el primer maillot rojo de esta edición de la ronda española, y a partir de ahora le tocará trabajar para Froome aun con la prenda sobre los hombros.

Un Froome que, por cierto, ha tenido un papel muy activo en esta victoria. Viendo que su escuadra entraba algo desarbolada en la recta de meta, el tricampeón del Tour hizo lo mejor que puede hacer un jefe por sus subalternos: esperó a Kwiatkowski, que era el quinto hombre en ese momento y llevaba unos metros perdidos, para acabar metiéndolo de nuevo en la disciplina del grupo. En una victoria por dos décimas, cada mínimo detalle es decisivo. Desde elegir un plato distinto a ofrecer un último aliento a un coequipier.

Así pues, la primera etapa en línea empieza con el maillot rojo en poder del Sky, que de todas formas no ha querido que lo coja su jefe de filas. Kennaugh, el afortunado al que le tocará vestirlo, asegura que no ha sido “algo planeado”, sino que surgió sobre la marcha y esta es la feliz consecuencia. Y también sugirió que Froome “debe estar muy feliz” por haber logrado esta diferencia frente a un rival como Contador, aunque “la carrera será más interesante ahora” porque el madrileño “deberá aprovechar cualquier ocasión”.

Queda toda la carrera por delante y las diferencias son salvables. Froome, Quintana y Valverde están en el mismo tiempo, con Chaves a seis segundos y Samuel Sánchez a siete. La Vuelta a España no ha hecho más que comenzar, aunque para Contador haya sido de nuevo con mal pie. Le tocará remar contracorriente.

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