De la etapa de Urdax en esta Vuelta se esperaba algo. Fue anunciada ya antes de enero, en un ambiente festivo por la llegada a este recóndito lugar de la Navarra vascoparlante tan cercano a la frontera con Francia. Pero lo que ha resultado de ella ha sido una tremenda decepción. Una ¿carrera? que desluce doce días de competición bastante decentes –en general, con alguna etapa más floja y otras de mucho nivel como Luintra o Lagos- y también la victoria de uno de los doce hombres que sí se tomaron la etapa como lo que es: una competición. [Así hemos contado la decimotercera etapa]
Especialmente Valerio Conti. El italiano del Lampre-Merida se ha llevado su primera victoria en una Grande -tercera como profesional-, al resolver la fuga magistralmente pese a sus 23 años. Es un corredor de futuro que disputa su cuarta carrera de tres semanas, pero ya en este pasado Giro se metió entre los 30 mejores de la general, ayudando además a Diego Ulissi en una de sus victorias de etapa. En la fuga había gente que ya ha ganado en esta Vuelta como Lagutin y otros aventureros habituales como Danilo Wyss, Yves Lampaert o Smukulis –dorsal rojo a la combatividad del día-. Desde luego, resolver esa fuga tiene mérito más allá de lo que haya querido hacer el pelotón. [Así está la clasificación general]
Tampoco se puede pensar en una forma mejor de celebrar el recién estrenado patrocinador chino de la estructura italiana. Un equipo que tenía todas las papeletas para salir del World Tour y ahora probablemente se termine quedando. Sin duda es una alegría que entre apoyo en una escuadra con más de 20 años de historia. Conti, por su parte, gana en la Vuelta donde debutó en 2014 como corredor más joven, llegado además a última hora por la baja de un Chris Horner que defendía título.
El pelotón cruzaba la línea de meta casi 34 minutos más tarde. Se puede llegar a entender que los corredores se tomen una etapa con algo de calma, y más teniendo en cuenta que mañana viene la etapa reina de esta Vuelta. Pero dejarse más de media hora no es justo ni con el ganador de la jornada, ni con la gente que está en las cunetas ni tampoco con las personas que han pagado por acoger una llegada a su pueblo y mostrarlo en televisión. Porque, realmente, se le hace poco favor a la promoción de la localidad.
Movistar ha entrado en Dantxarinea, donde estaba ubicada la meta, encabezando el pelotón y de charleta tras un paseo de 213 kilómetros. Castroviejo ha dado las razones tras la jornada: “Necesitábamos un día de descanso. Es complicado dar el mismo espectáculo a diario”, ha explicado el corredor del cuadro telefónico. Era la reflexión en voz alta de lo que parecía ser un pacto de no agresión, aunque la escapada buena no se formó de salida. Eso sí, en cuanto salió el grupo que atrás dieron por válido, su renta no hizo más que aumentar hasta la mismísima línea de meta.
En cualquier caso, Valerio Conti ha sido el único triunfador de una jornada muy gris y deslucida: “Soy joven, ya hice un buen Giro, que fue una evolución física y mental. Esto es la guinda a un gran año, pero no quiero que sea un fin, sino un inicio de algo mejor”, ha declarado. Una etapa en la que se esperaba ver buen ciclismo –aunque el guión de fuga numerosa parecía claro incluso desde el momento en que se diseñó el trazado- y que ha resultado ser una tremenda decepción. El pelotón se ha tomado el día libre. Probablemente con la cabeza, ya sí, en la jornada de mañana con final en el Aubisque.