Este martes llega la alta montaña al Tour de Francia, el terreno favorito de los candidatos al maillot amarillo. Pero no llegan en igualdad de condiciones porque todos han pasado ya sus primeras penurias en la carrera. Nairo Quintana (Movistar) sufrió un pinchazo en la primera etapa que le ha condenado a remar el resto de las etapas. Chris Froome (SKY) se cayó ese mismo día y también perdió tiempo. Richie Porte (BMC) ni siquiera había llegado al primer tramo de pavés de la novena etapa y ya había tenido que abandonar con una fractura de clavícula.
A pesar de los accidentes hay dos españoles en el top 10 que pelearán por el primer puesto de la general: Alejandro Valverde (5º, a un minuto y medio de Van Avarmaet, el líder, y con 11 segundos de ventaja sobre Froome) y Mikel Landa (10º, empatado a tiempo con Froome). Los dos pertenecen a Movistar y se juegan con Quintana el liderazgo del grupo, Eusebio Unzué, máximo responsable del equipo, dijo que apoyaría al que llegase mejor situado a estas alturas de carrera pero es difícil que se decante ya por uno de los tres.
Valverde tiene 38 años. Antes de la carrera contó que él solo venía para disfrutar, que ya había llegado a su tope y los que tenían que luchar por el maillot amarillo eran Mikel y Nairo. Los dos tienen 28 años. Teóricamente están en el apogeo de su carrera. En el palmarés de Nairo hay dos segundos puestos en el Tour, un Giro y una Vuelta; pero está a 2’50’’ de Van Avarmaet, a 1’08’’ de Froome y Landa. El ciclista vasco nunca ha liderado un equipo ni subido al podio en París (el año pasado se quedó a solo un segundo de conseguirlo), pero fichó por Movistar para eso.
Unzué puede repartir galones, jugar a tener dos jefes de filas como hizo en la Vuelta a Suiza. En SKY, aunque pocos se lo crean, han anunciado que lo harán, que Geraint Thomas compartirá la condición de líder con Froome.
Para descubrir la verdadera estrategia quedan 12 etapas: 8 de alta montaña. Las tres primeras se disputarán este martes, miércoles y jueves en los Alpes. Allí se subirán 11 puertos, entre ellos, y después de dos años de ausencia, el Alpe d’Huez. En sus 21 curvas se libró la última batalla de Tour de 2015, en el que Quintana atacó a Froome pero no pudo recuperar todos los segundos que se había dejado por el camino. Este año se enfrentarán allí prácticamente en el ecuador de la ‘Grande Boucle’, en la decimosegunda etapa.
Etapa 10
La primera etapa alpina tendrá como protagonistas tres puertos de primera y uno de categoría especial. Los ciclistas escalaran en primer lugar el Col de la Croix Fry (11,3km al 7%) para luego subir el inédito Montée du plateau des Glières (6km al 11,2%), una cima exigente con los dos últimos kilómetros sin asfaltar.
Tras un largo descenso, el pelotón encadenará el Col du Romme (8,8km al 8,9%) y el Col de la Colombière (7,5km al 8,5%), donde se pueden producir los primeros ataques
Etapa 11
El miércoles, una etapa corta con cuatro puertos: dos fuera de categoría, uno de segunda y, para acabar, uno de primera, La Rosière (17,6 km al 5,8%). Será la primera vez que La Rosière acoja una meta en la ronda gala y, tras los dos kilómetros del Muro de Bretaña en la quinta etapa, el primer final verdaderamente en alto de esta edición. Pero no será un recorrido desconocido para los aficionados al ciclismo y para varios de los protagonistas. Hace poco más de un mes fue el escenario escogido para la sexta etapa del Criterium de Dauphiné, en la que el español Pello Bilbao, que no está presente en este Tour de Francia, fue el primero en cruzar la línea de meta.
Etapa 12
La última etapa en los Alpes es considerada una de las etapas reinas de este año. Dejando a un lado los tres puertos fuera de categoría, un dato: los ciclistas se enfrentarán a más de 5000 metros de desnivel acumulado.
Pero lo que centrará todas las miradas no serán los números, sino las 21 culpas del Alpe d'Huez. Más de 13 kilómetros de puerto, en los que la pendiente de los 10 primeros apenas baja del 9%.
La última vez que se subió fue en 2015. Ganó Romain Bardet (AG2R), uno de los candidatos al podio en París que este año ha perdido a dos de sus gregarios en la primera semana. Ese día también se vio la versión más ofensiva de Nairo Quintana, que sacó 1'26'' a Froome. Pero cada año es distinto. Nadie puede predecir lo que pasará el jueves, sobre todo después de una primera semana llena de sorpresas y de dos días previos en los Alpes. Lo único seguro es que habrá espectáculo.
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