Este Tour de Francia solo tiene un nombre: Geraint Thomas. El ciclista galés se hizo con el maillot amarillo tras vencer en La Colombière, confirmó el primer puesto al día siguiente en Alpe d'Huez y, este sábado, no ha dado ninguna opción a sus rivales en la contrarreloj individual. Aunque fue el que marcó el mejor tiempo en el primer y segundo sector, rodó tranquilo en el tercero para saborear la victoria e intentar cederle la victoria a su compañero de equipo Chris Froome. [Así te hemos contado la 20ª etapa del Tour de Francia].
Thomas llegaba a la penúltima etapa, la última en la que se podían marcar diferencias, con dos minutos de ventaja sobre Dumoulin. Solo un error garrafal podía arrebatarle el liderato. Ni una carrera estupenda del campeón del mundo de la especialidad ni un derrape en las primeras curvas le hicieron temer. De hecho, a pesar del susto de la curva, Thomas marcó el mejor tiempo hasta los últimos kilómetros. Froome y Dumoulin luchaban por la victoria de etapa, pero a él eso ya no le afectaba. Ya tenía el mejor premio: su primera gran victoria en el ciclismo en ruta, su primer Tour de Francia.
De lo único que se lamentan en Sky es de no haber conseguido la victoria de etapa. En el momento que Dumoulin cruzó la línea de meta, el cronómetro marcaba que Froome tenía el mejor tiempo. Por un segundo. En Sky tenían asegurada la victoria. No hacía falta que Thomas luchara con Froome, así que le avisaron desde el coche para que frenara y le cediera la victoria a su compañero de equipo.
Sin embargo, un error en el reloj y de la organización del Tour dio luego la victoria a Dumoulin. Por un segundo. Como si los tiempos del holandés y el último campeón del Tour se hubieran cambiado. "¡Esto es una locura! Pensaba que Froome estaba un segundo de mí cuando crucé la línea", comentaba el holandés a las cámaras. "Has ganado tú. Por un segundo", le decían. Él no se lo creía. Froome, sin entenderlo, se reía. "Felicidades".
La cara de Froome es agridulce. No ha podido llevarse la victoria pero sí recuperar su sitio en el podio. Primoz Roglic, que el viernes le robó el tercer puesto, flajeó y perdió más de un minuto en la última prueba.
Los que también flaquearon en la contrarreloj fueron los dos líderes de Movistar. Tanto Mikel Landa como Nairo Quintana cedieron un puesto más y acabarán el Tour como séptimo y décimo de la general: dos top 10 que saben a poco cuando el objetivo era el maillot amarillo.
El que no se queja por su posición es Lawson Craddock. Fue el primero en cruzar la meta, pero su tiempo en la clasificación general es el último. El texano, que se fracturó la nariz y la escápula el primer día de competición, ha completado "tres semanas de sufrimiento". En la meta solo podía llorar. Pero de alegría. "Estoy completamente feliz por cruzar la línea de meta. Tengo muchas ganas de llegar a París mañana, ver a mi familia por primera vez en un mes y celebrarlo con ellos. Es un gran triunfo".
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