Özil es único, hace cosas que no se pueden ver a nadie más, ni a esos dos extraterrestres que se turnan los balones de oro. Un galardón que no ha incluido al alemán entre los treinta finalistas. Y eso es parte de la esencia de Mesut. Su magia llega al nivel de los mejores pero su presencia está muy lejos de las estrellas más destacadas. Pasan los años y eso no cambia, Özil es maravilloso pero intermitente, determinante pero irregular, decisivo pero esporádico.
Cuando uno ve al actual Özil puede disfrutar 90 minutos. Está rápido de piernas y cabeza y el cambio de esquema con Alexis como hombre lanza que se descuelga y combina y muchos llegadores trazando desmarques permiten ver las mejores facetas del alemán pero uno no puede pensar que esto se mantendrá, cada vez que él suma otro partido bueno en realidad se acerca a otro mal momento, más valle que bache, de frialdad y falta de liderazgo para mostrar actitud cuando falta el acierto.
La irregularidad como constante
¿Qué le falta a un jugador tan destacado para que el Real Madrid prescindiera de sus servicios? Por poner en perspectiva la salida de Özil de nuestro fútbol hay que recordar que él estaba perdiendo protagonismo, el club cambiaba de técnico y la generosa oferta del Arsenal facilitaba cuadrar balances a un Real Madrid que acababa de invertir 175 millones de euros en Bale, Illarramendi, Isco y Casemiro. Ancelotti sabía que el mediapunta podía sumar a su proyecto pero que el dinero gastado por el astro galés necesitaba un ingreso importante para ser realistas con la situación económica. En lo deportivo la salida de Özil tenía su lógica: había comenzado a salir del once y pese a su buen final de temporada su estatus no se recuperó de su inicio de curso (17 partidos: un gol y siete asistencias).
En el Arsenal su cartel de estrella flamante como primer fichaje millonario de Arsène Wenger tras años ahorrando por el cambio de estadio siempre contó con más apoyo de la afición. No hace falta más que comparar plantillas y clubes para entender el peso que tiene en uno y otro entorno. Esa calma no cambió su naturaleza para dominar de manera racheada. Si repasamos su producción goleadora y asistente mes a mes en competiciones oficiales desde su llegada a Inglaterra en la 2013/14 se puede apreciar que esa naturaleza sigue vigente: de enero a mayo de 2016; los seis primeros de la 2014/15 o el final de su primer año como gunner.
El rey regalando goles
El máximo asistente de la temporada pasada en la Premier dio auténticos recitales de esos pases milimétricos que el delantero debe anotar siempre. Dentro de esa magia resumida en cifras (19 asistencias) hay un pequeño matiz: desde enero a mayo sólo dio tres. Un bache habitual y significativo que le dejó a sólo uno del récord histórico de la Premier con las veinte asistencias de Henry en la 2002/03.
Cuando hablamos de Özil no lo hacemos de un cualquiera. Desde su llegada a la Premier nadie ha dado más pases de gol que él (36), pese a su caudal 'guadianesco' es único. Todo ello en un Arsenal sin un definidor nato en la punta de ataque. Sólo David Silva ha conseguido igualarle, mención especial para Cesc Fabregas quien lleva un curso menos que Özil y lleva 27. En definitiva, en el arte de regalar goles el ex madridista es único y eso se aprecia en los números.
En la visita a Bulgaria en Champions, el Arsenal necesita más del buen momento de Özil para evitar sorpresas indeseadas en su camino a octavos de final. En el anterior choque contra el Ludogorets el ‘11’ firmó tres goles y regaló uno en una de esas actuaciones que nos recuerdan todo su talento.
El problema de Özil sigue siendo el mismo pero eso no quita para que disfrutemos de estos arranques de buen juego y acierto, más aún en un Arsenal que se ha ido adaptando con un nuevo esquema que permite que el alemán tenga más peso cerca de la portería rival y que le da más desmarques por delante de él. Sin lamentarnos más por lo que podría ser el alemán si tuviera un poco más de constancia y actitud en los días malos, todos los amantes del fútbol tenemos una cita con el Arsenal mientras siga el buen momento de Özil y el partido de Champions de esta semana puede ser otra muestra de todo su talento. Ojalá esta racha se prolongue más.
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