Uno de los campos de la ciudad deportiva de la Torre en La Coruña.

Uno de los campos de la ciudad deportiva de la Torre en La Coruña.

Fútbol

Un técnico agrede al padre de un árbitro en un partido de alevines en La Coruña

El colegiado, que dirigía el partido entre el San Cristóbal y el Imperator, acabó suspendiendo el partido al ver la escena.

5 febrero, 2018 17:42

Un técnico de un equipo de fútbol de alevines, Daniel F.S., agredió este domingo al padre del árbitro que había sido designado para dirigir el partido entre su equipo, el San Cristóbal, y el Imperator en la ciudad deportiva de La Torre, en A Coruña, donde el colegiado, menor de edad, suspendió el choque minutos después al sentirse incapacitado para continuar.

El acta arbitral al que ha tenido acceso Efe recoge que en el minuto 32 de la primera parte, con el balón en juego y 7-0 en el marcador a favor del Imperator, el delegado del San Cristóbal (que desempeñaba las funciones de entrenador) cruzó el terreno de juego hasta la grada y allí propinó un cabezazo al padre del árbitro.

El padre del árbitro y el entrenador supuestamente habían mantenido una discusión en la grada. También expone el acta que se tuvieron que movilizar una ambulancia y la Policía hasta las instalaciones deportivas para "trasladar al agredido, que presentaba un gran corte en la nariz".

El árbitro reanudó el partido, pero a los cinco minutos de la segunda parte, viendo que no se sentía capacitado y "coincidiendo esto con una granizada", suspendió el partido.

Fuentes de la Federación Gallega de Fútbol han condenado "cualquier tipo de agresión" y han precisado que al entrenador le pueden caer de seis a quince partidos de sanción según el artículo 89.F párrafo 2 del reglamento disciplinario que rige la competición.

Precisamente, la Federación tiene prevista una reunión de trabajo con delegados federativos y arbitrales para tratar, entre otros asuntos, los problemas que se están encontrando con los padres de los árbitros menores de edad.

Recuerdan que al vestuario arbitral no puede entrar nadie ajeno al encuentro, tampoco los padres de los colegiados, y aunque condenan la agresión, entienden que un árbitro no debe suspender un partido salvo que haya incidencias de tal calibre que incidan en su desarrollo.