“Desastre, debacle, ridículo, caída histórica...”. Los adjetivos son diferentes, pero el mensaje es el mismo: el Barcelona, este martes, cayó estrepitosamente contra la Roma (3-0). El conjunto italiano remontó el resultado de la ida (4-1) y se clasificó para las semifinales de la Champions League por primera vez desde que existe esta denominación. Quizás, algo impensable, pero explicable desde lo deportivo y observando cómo se ha desarrollado la temporada del equipo de Valverde.



Messi, desaparecido



Hay algo que se repite invariablemente cada temporada desde que Messi debutó con el Barcelona: si él no aparece, su equipo cae eliminado. O, mejor dicho, si él no marca, el Barça se queda fuera. Desde 2007 hasta 2018, ha ocurrido en ocho ocasiones y contra diferentes clubes (Liverpol, United, Inter, Chelsea, Bayern, Atlético, Juventus y Roma). Esta vez, de nuevo, el astro argentino no marcó ni en la ida ni en la vuelta. Y, claro, la Roma, con su permiso, consiguió culminar una hazaña histórica.



Falta de alternativas



Messi, como hemos señalado, no apareció en ninguno de los dos partidos. No fue determinante. Pero el problema no es que el astro argentino desaparezca, sino que el Barcelona no ha encontrado a alguien que le supla en los momentos claves. Contra la Roma, nadie supo tirar del carro. Ni Luis Suárez ni Andrés Iniesta ni Rakitic… nadie. Y los fichajes realizados en verano, tampoco. Dembélé, que llegó para hacer de Neymar y suplir a Leo cuando hiciera falta, no salió hasta la segunda mitad. ¿Y Alcácer? Bueno, apareció al final, pero demasiado tarde.



El peor partido de la temporada



El Barcelona, por primera vez, no se reconoció. Viajó a Roma para mantener el 0-0. Esas fueron las órdenes de Valverde: hay que conservar el 4-1 de la ida. Pero su equipo no sabe jugar a eso. Lo intentó, pero naufragó. De primeras, regalándole la pelota a la Roma; y de segundas, sin saber reaccionar ante el conjunto italiano, que saltó al Olímpico en tromba en pos de la remontada. Y, de pronto, se vio uno por debajo. Y dos. Y tres. Manolas marcó el gol definitivo que envió al conjunto de Valverde fuera de la Champions.

Valverde habla tras la eliminación del Barça de la Champions



Bajón físico



El equipo de Valverde comenzó muy bien la temporada, con rotaciones (Denis Suárez, Alcácer y Semedo dieron relevo a los titulares en las primeras fechas), pero ha ido prescindiendo de todos ellos conforme se acercaba el final de temporada. ¿Y qué ha ocurrido? Que el equipo ha pegado un bajón físico. Busquets compareció, tanto en la ida como en la vuelta, infiltrado; Messi, de repente, tiene problemas físicos; Paulinho ya no es el muro que se presentó en sociedad; y suma y sigue. El equipo dio la sensación de estar mermado en lo físico en el Olímpico y la Roma, con otra marcha, le pasó por encima.

Ha jugado con fuego y ha dependido demasiado de Messi



Hay que ser realistas: el Barcelona ha ido ganando muchos de sus partidos gracias a Messi, pero no ha jugado bien en toda la temporada. Salvo algunos partidos concretos, el conjunto culé ha ido sacando puntos por inercia en Liga y avanzando en la Champions sin brillo. Es decir, ha jugado con fuego y ha dependido mucho del astro argentino. Se vio en Sevilla, donde Leo resolvió el partido en un minuto, pero sus compañeros lo perdieron en los restantes 89. Ese partido sirve de ejemplo para lo que viene siendo la tónica habitual en la temporada del equipo de Valverde.

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