David Palomo Pavel Ramírez

La mujer que aparece junto a Sergi Enrich y Antonio Luna, jugadores del Eibar, en un vídeo de contenido sexual que circula por las redes sociales desde la tarde del miércoles, ha denunciado a ambos ante la Ertzaintza. El motivo es que ella en ningún momento dio su consentimiento para que la grabaran. De hecho, en el mismo vídeo ella llega a decir, en un momento dado, “para, eso no”.



El vídeo, que comenzó a circular por las redes sociales durante la tarde del miércoles, motivó que los dos jugadores publicaran sus disculpas en un comunicado público que hizo llegar el Eibar a todos los medios de comunicación a través de sus redes sociales. En él, ambos se disculparon: “Queremos poner de manifiesto que se trata de la grabación de un acto íntimo y privado llevado a cabo entre dos personas adultas con el pleno consentimiento por parte de todos”.

Comunicado de los jugadores pidiendo disculpas.

Comunicado de los jugadores.

Esta misma tarde, y antes de que se supiera algo sobre la denuncia, el Eibar dejó fuera de la lista de convocados a ambos jugadores para el amistoso contra el Leganés que se disputará en Lerma (Burgos). Los jugadores, por su parte, no se han vuelto a manifestar.

Grabar sin consentimiento es delito

Desde el pasado 1 de julio de 2015, difundir imágenes o grabaciones sin consentimiento expreso de sus participantes está tipificado como delito en aquellos casos en los que se atente contra derechos fundamentales como el honor. Se trata de una modificación del código penal destinada precisamente a legislar en el contexto de nuevas tecnologías y, sobre todo, de redes sociales.

Es el caso que se presenta con el vídeo de contenido sexual en el que aparecen Sergi Enrich y Antonio Luna con una mujer. Atendiendo a la última reforma del Código Penal, el artículo 197.7 especifica que "será castigado con una pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a doce meses el que, sin autorización de la persona afectada, difunda, revele o ceda a terceros imágenes o grabaciones audiovisuales de aquélla que hubiera obtenido con su anuencia en un domicilio o en cualquier otro lugar fuera del alcance de la mirada de terceros, cuando la divulgación menoscabe gravemente la intimidad personal de esa persona".

Así, desde hace poco más de un año se persiguen este tipo de prácticas. Y es por eso que en el famoso y sonado caso de Olvido Hormigos, la exconcejal socialista que grabó y difundió un vídeo de contenido sexual, no se interpretó delito alguno. En primer lugar, porque ella nunca se opuso a la grabación del vídeo. En segundo, porque fue ella misma la que difundió el contenido.

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