La despedida de Neymar fue sobria. El jugador, en su último día como azulgrana, no quiso montar ningún circo. Llegó a la ciudad deportiva en su coche, con una camisa blanca, unas gafas y serio. Aparcó su vehículo y se dirigió, antes del entrenamiento, al despacho de Ernesto Valverde. Le comunicó su decisión y el entrenador le instó a no entrenar, tal y como comunicó el club posteriormente: “El técnico le ha dado permiso para no entrenar y resolver su futuro”.



Posteriormente, según ha desvelado Sport, se dirigió para comunicarle su decisión a sus compañeros. Y tampoco se excedió. No pronunció ningún discurso. Fue uno por uno, los abrazó y tuvo pequeñas charlas con cada uno de ellos, aunque muchos ya conocían su decisión desde la gira por Estados Unidos. De hecho, en su último partido como azulgrana, en el Clásico contra el Real Madrid (2-3), el vestuario ya estaba convencido de su marcha. El brasileño, entonces, tras el encuentro, esperó hasta entrar en el vestuario del Real Madrid y salió con las camisetas de Marcelo y de Sergio Ramos de allí.

Neymar se va al PSG



Tras despedirse de sus compañeros, hizo lo propio con cada uno de los empleados del club. Fue uno por uno y a todos les mostró su cariño y su agradecimiento por estos cuatro años. La ciudad deportiva la abandonó a las 9:30 horas y a partir de ahora se centrará al completo en su negociación con el PSG.



El brasileño podría ser presentado el lunes. Faltan por concretarse algunos detalles, como el montante total de la operación (su traspaso rondaría los 220 millones de euros, su cláusula) o la forma en que el PSG va a afrontar el pago de esa cantidad sin atentar contra el fair play financiero. Su presentación en sociedad, en cualquier caso, se hará por todo lo alto; presumiblemente, con la Torre Eiffel de fondo.

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