El pique está servido entre Verstappen, la nueva estrella del equipo Red Bull, y el que fue ídolo indiscutible del equipo de la bebida energética, Sebastian Vettel. El holandés no para de irritar en la pista y fuera de ella al alemán y tras el último duelo sobre el asfalto y aún en caliente el holandés ha constatado al cuatro veces campeón del mundo ante los micrófonos de Sky.

"Vettel utiliza un lenguaje que debería censurarse. Debería volver al colegio para aprender buena educación". A Verstappen no le han gustado las críticas de Vettel y no ha vacilado en representar a su rival en la pista como "un chico muy frustrado" coincidiendo, quién sabe si con maldad con las declaraciones de Alonso del sábado, cuando el asturiano se den iba de los improperios del piloto Ferrari en clasificación.

El joven talento de la Fórmula 1 muestra una madurez que no refleja sus apenas dos años en la máxima categoría y que le hace parecer una vieja gloria experimentada en la guerra psicológica como Fernando Alonso. A Max Verstappen, que en carrera se las ha visto con el líder del campeonato en la primera curva y con Vettel en los últimos compases de carrera, la penalización de cinco segundos le parece totalmente injusta, vista la impunidad de Lewis Hamilton.

"Creo que ha sido bastante similar a lo que ha ocurrido con Hamilton y Rosberg en la salida", comentaba Verstappen, aferrándose a la comparativa. "Lewis se salió de pista y logró una gran ventaja, también Nico se salió en la curva 1 cuando nos tocamos y también ganó ventaja". El holandés defiende su movimiento en la pista: "Yo no logré ninguna ventaja. Estaba por delante mientras frenaba y al volver a la pista seguía en la misma posición".

A Verstappen le sancionaron con cinco segundos por un duelo con Vettel en las últimas vueltas, en la que se 'tragó' la curva 1, se fue por la hierba, como habían hecho antes los dos Mercedes. A ellos no les emplazaron a dejar la posición, pero al holandés sí. Se lo pidió su propio equipo por radio y lo reclamó Vettel, que después le levantó el dedo cuando cruzó la meta.

Por su parte, Maurizio Arrivabene, jefe de Ferrari, ha defendido a su piloto. "La maniobra de Verstappen ha sido bastante evidente y si los comisarios no lo hubieran penalizado hubiéramos presentado una reclamación". Lógicamente, para Verstappen y Red Bull lo ocurrido está claro: la sanción "es ridícula".

El GP de México ha sacado de quicio a más de uno, desde Fernando Alonso que clama contra un equipo que no funciona y que sigue generando dudas entre altos y bajos, pasando por los gritos de una frustración desmedida de un Sebastian Vettel al que ve como su leyenda se apaga junto a la de Ferrari.

La guerra de celos entre Vettel y la nueva estrella de Red Bull acaba de subir un nuevo escalón en una guerra que tendrá continuidad en breve y que puede deparar sorpresas en la primera curva del próximo Gran Premio.

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