José Marías Sicilia: Sin título, 2000

En sintonía con la obra mostrada en Palacio de Velázquez de Madrid (1997) y en el Palais des Beaux-Arts de Charleroi (1998), José María Sicilia (Madrid, 1954) presenta ahora en la galería Tomás March un conjunto de doce papeles y nueve pinturas. En esta exposición que lleva por título De los espejos, Sicilia da un paso más en sus obsesivas prospecciones pictóricas, guiadas por el intento de arrebatarle a la belleza el secreto de su marchita sensualidad. Esas tentativas, que no son otras que las que enlazan con la historia de la pintura moderna, a través de pintores como Delacroix, han llevado a Sicilia a profundizar en un método de trabajo en el que, tan pronto interviene el azar, como la más imperturbable meditación. De esta forma, a base de controlados tanteos, Sicilia logra localizar claridades donde amarrarse para proyectar lúcidos reflejos en su obra. Así, entre la detención de la sensualidad en unas flores estancadas, que nos remiten a las Ninfeas de Monet, y la aprehensión de la espiritualidad abstraída en Rothko, consigue condensar en esta extraordinaria obra un callado lirismo, echando mano de recursos técnicos impecables, y alejado definitivamente de los clamores cromáticos que caracterizaron su obra anterior.