Chema Madoz
Cualquier objeto es susceptible de reflejar nuestros sueños
12 mayo, 2005 02:00Chema Madoz, por Gusi Bejer
La madrileña galería Moriarty inaugura hoy una exposición con las últimas fotografías de Chema Madoz (Madrid, 1958). Premio Nacional de Fotografía en 2000, Madoz es creador de un estilo propio, una depurada técnica y un largo proceso en el estudio da paso a sus ya famosas imágenes: objetos cotidianos fuera de contexto, difrazados de lo que no son. Unos trabajos en los que nada es lo que parece. Madoz ha expuesto ya en el Reina Sofía (2000) o en el CGAC de Santiago de Compostela (1998), entre otros centros.
Respuesta: Algunas ideas obsesivas que he logrado quitarme de la cabeza
P: La crítica está implícita en sus fotografías: ¿se plantea tocar temas que preocupan a la sociedad?
R: Todos tenemos nuestras propias preocupaciones, algunas son más genéricas, y pueden ser compartidas por más personas, pero no realizo mis fotografías teniendo en mente algo tan abstracto como la sociedad.
P: Ahora hay una fuerte corriente de arte comprometido. ¿Lo decorativo ha pasado a un segundo plano?
R: Para decoración ya tenemos los grandes almacenes, el arte está para otros menesteres.
P: Su similitud con Brossa es incuestionable ¿qué le debe al poeta?
R: Las gracias por su generosidad.
P: ¿Se considera un poeta visual?
R: No, me da mucho respeto.
P: ¿Qué dice a los que le acusan de hacer siempre lo mismo?
R: Eso no me lo dices en la calle... En serio, supongo que en el trabajo hay una serie de constantes fácilmente identificables, pero cada vez que me enfrento a una imagen parto de cero y aunque haya ciertas relaciones entre ellas, son imágenes que no se necesitan unas a otras. Pienso que se mantienen por sí mismas. Repetirse sería trabajar desde una fórmula o una cierta mecánica pero en cada fotografía sigo tomando conciencia de algo que para mí no estaba claro.
P: ¿Qué ha bebido del surrealismo?
R: Uf, hace años que abandoné la bebida.
P: ¿Y del arte conceptual?
R: Pues tal vez descubrir con él que la mirada es motor del cerebro.
P: ¿En qué fotógrafos de hoy se fija más?
R: Sin pretender hacer de ello un catecismo, me interesan los trabajos de Vik Muniz, Wim Delvoye, Liliana Porter o trabajos de Mona Hatoum.
P: Miro sus fotos y me pregunto ¿por qué son redondas las cazuelas, por qué los enchufes tienen sólo dos agujeros? ¿Qué le lleva a plantearse esas cuestiones en apariencia algo absurdas?
R: Siempre me ha parecido que cualquier elemento u objeto de nuestro entorno es susceptible de reflejar nuestros sueños y necesidades. En ellos, una curva o una oquedad responden a una idea y yo trabajo con ellas.
P: El humor es esencial en su trabajo, pero ¿qué hay de irónico en una cuchara?
R: La ironía no está en la cuchara, está en la cabeza de quien la mira.
P: También los libros son un clásico en sus fotografías: con ellos construye escaleras, columpios, estanterías. ¿Es un lector apasionado o es una venganza?
R: Creo que debo tener algún tipo de frustración, siempre me ha encantado la literatura, pero nunca me he sentido contento con mis textos. Trabajar con los libros es acercarme a un objeto por el que siento una atracción especial y que tiene una carga cultural y simbólica muy fuerte.
P: Siempre trabaja en blanco y negro ¿cuál es la importancia del no color en sus fotografías?
R: ¡Vaya! Tambien mi hijo me pregunta ¿por qué haces fotografías incoloras? En fin, siempre he creído que el blanco y negro marca una distancia con la idea de realidad, y las acerca a un territorio más próximo a la imaginación, que tiene más que ver con el espiritu de mis imágenes.
P: Muchas de sus obras se aprovechan de la sombra del objeto...
R: Aparte de utilizarla como un recurso formal, dentro de la construcción de la imagen, la sombra siempre me ha interesado en la medida que lo hacen los libros ya que llevan una carga simbólica muy fuerte. Tradicionalmente puede representar el alma, el doble, la muerte, hay en ella un concepto de "otredad" que la acerca a mis intereses.
P: Sus fotografías nos hacen sentir, pensar, nos descolocan, ¿cuál es su intención?
R: Si logran todo eso me doy por satisfecho.
P: Se habla mucho de los peligros de la fotografía digital ¿cuáles son?
R: Desde mi punto de vista, el peligro se desvanece con el tiempo. El principal peligro era dejarse arrastrar por el efectismo que facilita la tecnología. Pero es un sarampión que pasa pronto. Todo son puertas abiertas.
P: Es jurado habitual de pre-mios fotográficos: ¿qué le pide a un joven fotógrafo?
R: Curiosidad e inteligencia
P: Parece que ya se puede hablar de un "estilo Madoz" que vemos incluso en otros artistas ¿cuál es su principal seña de identidad?
R: La brevedad, tal vez.
P: Suben los precios de las entradas del Prado, en el Reina Sofía quieren hacer lo mismo... ¿dificulta eso el acceso al arte?
R: No sé qué subida se está barajando y supongo que nadie que realmente quiera ver algo se va a quedar sin poder permitírselo, pero cuanto más fluida sea la relación entre el público y el museo, mejor para todos.
P: Usted ya ha expuesto en el Reina Sofía ¿qué le pediría a la dirección del Museo?
R: Recuerdo que mi exposición del Museo Reina Sofía formaba parte de un proyecto más ambicioso que pretendía ofrecer una visión más amplia del panorama de creadores que están trabajando en la actualidad y que quedó truncado. Yo insistiría en esa línea.