Nuria Espert.

Estrena mañana La casa de Bernarda Alba en las Naves del Español

Liz Perales
La estrella de nuestro teatro estrena mañana en las Naves del Español de Madrid una de las tragedias más famosas de Federico García Lorca: La casa de Bernarda Alba. Dirigida por Lluís Pasqual, y con un elenco exclusivamente femenino en el que también figura Rosa Maria Sardà, la producción llega precedida por el gran éxito que obtuvo en Barcelona, donde se estrenó antes del verano.

Pregunta.- Se ha dicho que su Bernarda es menos autoritaria de lo que la tradición escénica ha venido presentando. ¿Es así?
Respuesta.- No tengo conciencia de ello y, desde luego, no tengo un modelo. Tampoco he visto muchos montajes previos. He buscado ser fiel a sus palabras, a las cosas tan fuertes que dice, sin olvidar que es una mujer que también siente.

P.- Y con un personaje tan antipático ¿qué hace una actriz para interpretarlo?
R.- Pues tengo que defenderla, investigar por qué es así, por qué se comporta de esa manera e intentar hacer comprender al público que no es mala: que es un ser humano educado de una forma severa, convencido de que tiene una tarea horrible, como es la de encarcelar a sus hijas y despojarlas de su personalidad. Pero ella lo hace como si fuera un cura que recita cosas incomprensibles de la Biblia.

P.- ¿Qué hace que este texto no haya perdido interés, pese a que ese modelo de familia patriarcal de la obra ya no exista en nuestra sociedad?
R.- La obra ha saltado todos los márgenes de la modernidad y se ha convetido en un texto clásico, tiene su grandeza. Su fuerza radica en el lenguaje, en el poder de los personajes y en la trama. Y eso hace que cada generación, cada director, sea capaz de montarla de forma diferente y resulte tan actual. Aborda un tema del que se viene hablando desde la la Antigüedad.

P.- ¿Tiene algo que ver esta Bernarda con la que dirigió en Londres con Glenda Jackson?
R.- No, nada que ver.

P.- ¿Cómo recuerda aquella producción?
R.- Como una de las mejores experiencias que he tenido en la vida, a partir de aquel éxito estuve quince años dedicada a la dirección de espectáculos.

P.- ¿Qué le convenció para unirse a este proyecto, o fue una iniciativa suya?
R.- No, para nada. Es un proyecto de Lluís Pasqual y le costó convencerme precisamente por haber dirigido la obra en Londres. Y, además, el personaje no es nada simpático. Me resistí muchísimo. Pero luego me fue convenciendo el elenco y que fuera una coproducción del Español con el Teatre Nacional de Cataluña.

P.- Lorca le ha procurado muchos éxitos, especialmente el de la Yerma que dirigió Víctor García y que es ya un hito en la historia del teatro español.
R.- ¡Le debo tanto a Lorca! Desde que comencé recitando sus poemas de pequeñita al espectáculo de Yerma, a Doña Rosita la soltera, a la dirección de la Bernarda en Londres... Gracias.

P.- Ya sólo le queda Bodas de sangre.
R.- Pues sí, pero es tan difícil, grandes directores lo han intentado. Cada vez que la leo, se me eriza la piel, pero nunca he visto un montaje que me haya convencido, sólo el Ballet de Antonio Gades.

P.- Pues ahora hay oportunidad de volver a verlo en el Teatro de la Zarzuela, el Ballet Nacional de España lo ha recuperado con motivo de su 30º aniversario. Y cambiando de tema, en Argentina cerraron los teatros por motivo de la epidemia de gripe ¿Teme que ocurra algo parecido aquí?
R.- No sabía que había ocurrido eso en Argentina y ni me he planteado que eso pudiera ocurrir aquí. Yo estoy atenta a las informaciones que dan, y trato de seguir las recomendaciones.

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