Abel Hernández. Foto: Nacho Gallego / EFE
El periodista y ensayista Abel Hernández (Sarnago, Soria, 1937) conquistó ayer el premio Espasa de Ensayo con Suárez y el Rey, dotado con 30.000 euros
Se trata, nos dice casi clandestinamente el autor, de un libro sobre la amistad, profunda siempre, apacible a veces pero conflictiva también, entre el monarca y el presidente. Un ensayo que va a sorprender a todos los que creen que ya lo saben todo sobre los dos grandes protagonistas de la Transición y sobre este periodo de nuestra historia reciente, y que aclara al menos una veintena de historias desconocidas o en penumbras...
PREGUNTA: ¿Cómo fueron las relaciones entre Don Juan Carlos y Suárez?
RESPUESTA: Hasta las segundas elecciones democráticas fueron de total armonía política y afectiva, con infinidad de detalles de amistad verdadera, pero esas elecciones y la aprobación de la Constitución provocaron muchos desencuentros.
P: ¿Cuáles?
R: Prefiero reservarlos para los lectores del libro, pero hubo problemas de celos por el excesivo protagonismo de uno de ellos, y el lío del Ducado, que acabó siendo decisivo.
P: ¿Por qué?
R: Porque hubo una negociación muy dura. Verá, el Rey no quería que Suárez siguiera en política después de obtener el Ducado; Suárez aparentemente aceptó, pero el mismo día en que se hizo oficial la concesión del título anunció la creación de su nuevo partido, el CDS. El afecto permaneció, más tenue, pero la relación política entre ambos se rompió.
P: ¿Y el reencuentro de los últimos años?
R: Tiene también protagonismo en el libro, ya que desvelo anécdotas desconocidas y datos inéditos sobre la enfermedad de Suárez.
P: Parafraseando uno de sus títulos, ¿La España que quisimos tiene algo que ver con la España que tenemos?
R: Yo creo que lo insinúo en el libro: el Rey echa en falta el consenso político de aquella España en la que se trabajaba por un horizonte común, todos unidos. ¿Personalmente? Creo que en este momento hay una crisis profunda por el desajuste de la España de las autonomías y el de las relaciones entre el poder político y las instituciones, por el intento del Gobierno de controlarlo todo, y que es preciso un reajuste urgente.
P: Sea sincero, cuando vio las fotos de las hijas de Zapatero pensó...
R: ... que me parece bien que preserve la intimidad de su familia y de sus hijas. Yo haría lo mismo. Creo que hay que respetar el deseo de privacidad pero no es un caso gravísimo porque además se presentaron en un acto público.
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