Image: Miguel Ángel Campano

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El Cultural

Miguel Ángel Campano

"Ya no tengo influencias, soy infiel incluso a mí mismo"

21 enero, 2010 01:00

Miguel Ángel Campano. Foto: Carlos Miralles

Inaugura hoy una exposición de pinturas en la galería Carles Taché

Marta Caballero
El tono apagado, casi triste, que tiene Miguel ángel Campano al hablar contrasta con la frase que cierra la entrevista. Tras una conversación instalada en la melancolía, el artista madrileño, premio Nacional de Artes Plásticas 1996, exclama: "Salud y alegría y que dure tó la vía". Campano, pintor sin escuela nacido en 1948, ha sufrido recientemente un accidente que le ha impedido retomar sus trabajos con el soporte. Pero su vuelta a la pintura esencial, al hombre frente al lienzo, ha dado una serie de cuadros luminosos que desde hoy se exhiben en la barcelonesa galería Carles Taché. Lo siguiente que hará será mudarse a Madrid, tal vez para pintar menos pero sí para inocular a nuevos artistas "ese veneno que es la pintura". Con todo, consagra la presente muestra a su gran amigo Quico Rivas, crítico de arte fallecido el pasado verano.

PREGUNTA.- Regresa con esta serie de cuadros a la superficie pura, al lienzo en blanco, ¿Por qué este cambio?
R.- Lo cierto es que sufrí un ataque de epilepsia y varios accidentes. Ahora tengo una pierna paralizada y no puedo guardar el equilibrio suficiente para hacer mi faena anterior. Trabajo con un auxiliar e intervengo cuando tengo que hacer algo mío. Pero intento animarme, yo sigo en la brecha.

P.- Las obras que exhibe en Carles Taché recuerdan a las de Theodoros Stamos y sus Cajas de Sol.
R.- No lo conozco muy bien, porque en mi larga vida de pintor he llegado a suprimir las influencias exteriores. Algo me queda de algunos maestros como José Guerrero, pero no es aparente sino interno, del amor al color, de mi filiación total a la pintura, que parece que actualmente está en vías de extinción. Ahora estoy muy interesado en hacer una labor de transmisión, cambiando mi residencia de París a Madrid. Ya no vuelvo a Francia más que puntualmente. Mi decisión está tomada, sólo tengo que esperar a que se venda mi antiguo estudio en Mallorca. Dedicaré mi tiempo a dar conferencias y dirigir talleres, introducir a individuos con talento en el estudio como ayudantes. Ahora me interesa mucho transmitir el veneno de la pintura a las generaciones nuevas.

P.- Del mismo modo, su trayectoria le ha acercado en ocasiones al minimalismo, otras al expresionismo abstracto... algunas de sus piezas recuerdan a Guerrero e incluso a Esteban Vicente, otras a Ad Reinhardt, a Moterwell en sus cuadros en blanco y negro... ¿De quién se siente más deudor?
R.- Siempre de José Guerrero, sin duda alguna. Y, bueno, así marginalmente de algunos poetas como Lorca y Rimbaud y de los malditos del simbolismo, Boudeleaire, Malarmé... he profundizado mucho en ellos durante estos años en París.

P.- ¿Y a usted, le han salido ya muchos deudores?
R.- Alguno conozco, recibo bastante correo electrónico de personas que les atrae mi forma de hacer, pero en general paso, ni contesto ni me ocupo.

P.- ¿Qué piensa del sugerido renacimiento de la pintura en España en los últimos años?
R.- No estoy al corriente de la actualidad, soy misántropo y asocial, prefiero vivir al margen de todo. Conozco a algún artista, pero no tiene por qué coincidir a nivel estilístico conmigo, porque yo estoy en un no estilo, y eso cambia de una exposición a otra. Mi trayectoria ha vivido muchas fracturas, yo mismo puedo decir que lo que hago es un no estilo. Es mi carácter, llevo bien que no me engloben en una escuela, no podría sujetarme a una sistemática o a un método por mucho tiempo. Me soy infiel a mí mismo constantemente.

P.- ¿Cree que la pintura volverá a imponerse frente al circo de calaveras forradas de diamantes?
R.- El ser humano lleva pintando desde el paleolítico. Desde entonces hay trazas de la pulsión creativa a través de una materia que llamamos pintura. Dada esa carga histórica, pienso que por muchas actitudes nuevas que haya finalmente la pintura tiene una carga humana tan fuerte que no creo que desaparezca. Pero por eso lucho.

P.- Repasando su trayectoria, parece que usted ha ido prescindiendo cada vez más de la forma para entregarse por completo al color.
R.- Mis dotes son muy especiales a nivel de tratar el color, pero también en ese caso le soy tributario a Guerrero, que decía que el color lo es todo en pintura.