Image: Dulce Pontes

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El Cultural

Dulce Pontes

"Mi voz sonaba atrompetada pero ya ha madurado"

3 marzo, 2010 01:00

Dulce Pontes

Hoy presenta su espectáculo 'Momentos' en Gerona y mañana en el Palau de la Música

Alberto Ojeda
Dulce Pontes lleva 20 años sobre el escenario. Ahí arriba ha acuñado su personal manera de sentir la elegante melancolía del fado. Tiene sus detractores, que le reprochan sus alardes vocales. Y también rendidos admiradores, que le otorgaron hace tiempo el título de sucesora oficial de Amalia Rodrigues. Habrá que dejar pasar los años para colocarla en el sitio justo. Ella de momento sigue a lo suyo, que es cantar: hoy lo hace en Gerona, y mañana en el Palau de la Música de Barcelona. Presenta su espectáculo Momentos, en el que recorre las canciones que han marcado su carrera: Cançao do mar, Estranha forma de vida, Ondeia... Y, además, prepara nuevo disco, con el que pretende homenajear a España. ¿Su segunda casa? "No, la primera".

PREGUNTA.- En Momentos recapitula 20 años de carrera. ¿Sensaciones?
RESPUESTA.- Bueno, es una mirada atrás, pero también al presente y al futuro. La mayoría de las canciones del disco no estaban grabadas, sólo las había interpretado en directos. Es un disco muy especial porque me metí en el estudio sólo 10 días después de dar a la luz a mi nena, en estado de gran sensibilidad.

P.- Hace un dueto con Josep Carreras, en Todos somos um. ¿Cómo fue la experiencia?
R.- Recibí un encargo de las personas que estaban organizando la elección de las nuevas maravillas del mundo para que les compusiera una canción, algo que me hizo mucha ilusión. El arreglista de Carreras modificó algunos arreglos, que originalmente eran más sutiles, pero ha quedado muy bonito. Me encantó trabajar con él, alguien tan carismático, con una carrera indiscutible.

P.- ¿Qué canción le sale desde más adentro?
R.- De las canciones te vas enamorando, y cuando te enamoras te las guardas ya para siempre. Así me ha pasado con Cançao do mar, Ondeia, Estranha forma de vida... Pero también hay que dejarlas respirar y experimentar distintas formas de cantarlas, para no aburrirte.

P.- Algunos críticos insinúan que su torrente de voz se come, a veces, la sutileza de las melodías...
R.- Esto es una cuestión de gustos y no merece la pena discutirlo demasiado. A mí me agrada mucho poseer la capacidad de cantar tímbricamente con diferentes registros. Cada canción requiere uno específico. Hay canciones que hay que gritarlas, otras susurrarlas, otras ironizarlas... Es verdad que escucho grabaciones antiguas y no me gustan mis agudos, que suenan un poco atrompetados, pero eso lo he ido corrigiendo. La voz también madura.

P.- ¿Se acuerda del momento en que escuchó por primera vez a Amalia Rodrigues?
R.- Sí, perfectamente. Fue en mi casa, a los 7 u 8 años, cuando ya me dieron permiso para poner los discos de vinilo. Recuerdo que vi uno con una foto en blanco y negro suya y que ponía Povo que lava no rio. No pasaba de la primera canción porque la ponía una y otra vez, y no paraba de llorar. A ella le debo el impulso de querer dedicarme a la música.

P.- ¿Cree que el fado ha conseguido librarse definitivamente del estigma del salazarismo?
R.- Los políticos han utilizado muchas veces la música para llegar a la gente cuando sus palabras no les bastan. El fado ya existía y tenía su valor cultural antes del régimen, y por supuesto le ha sobrevivido, porque es una música del alma que no entiende de sistemas políticos. El estigma fue el que padeció Amalia Rodríguez, a la que acusaban de haber colaborado con la dictadura.

P.- Y luego se comprobó que con quien realmente colaboró fue con el Partido Comunista...
R.- Sí, pero hasta entonces la hicieron mucho daño, hasta el punto de que quisiera suicidarse.

P.- ¿Percibe un interés más o menos mayoritario joven por el fado?
R.- Es un momento complicado para el fado y para la música en general. La televisión estupidiza a la gente, las cadenas de radios insisten radiofórmulas y modelos funcionales y las discográficas van desapareciendo... La gente consume lo que le ponen delante, a mano. Pero siempre quedarán minorías que buscarán más allá de lo inmediato. Esa es mi esperanza.

P.- ¿Está trabajando ya en su próximo disco?
R.- Sí, se titulará Nudez y en él estoy intentando encontrar la máxima simplicidad. Ahora quiero cantar canciones españolas, en distintas lenguas, como el castellano, el vasco, el gallego, en catalán, por ejemplo, algo de Lluis Llach, pero bueno, no quiero adelantar más porque todavía estoy chocando el huevo.

P.- ¿Chocando el huevo? ¿Es una expresión portuguesa?
R.- No, es mía. Quiero decir que estoy ahí, pensándolo, dándole vueltas...

P.- ¿Siente España como su segunda casa?
R.- No, como la primera. En estos últimos años ha sido para mí como una madre, más que Portugal incluso.

P.- ¿No se molestarán en su país?
R.- Bueno, quien dice la verdad no merece castigo. Y este sí que es un dicho portugués.

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