Festival Internacional de Santander
El Palacio de Festivales acoge la cita hasta el 29 de agosto
30 julio, 2010 02:00Un momento de Le Presbytère, del Béjart Ballet de Lausana. Foto: François Paolini
Ruggero Raimondi encarna a Borís Godunov para la inauguración del 59 Festival Internacional de Santander, en una edición que recibirá la visita del Béjart Ballet de Lausana y la Filarmónica de Liverpool del carismático Vasily Petrenko.
Miembro de la Asociación Europea de Festivales, el FIS es, junto al de Granada y el de San Sebastián, el más antiguo certamen de cuantos se celebran en España. También el de mayor duración. No hay artista que se precie que no haya pasado un verano por Santander. Los orígenes de este encuentro entre talentos de todas las disciplinas y latitudes nos remiten a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. La creciente presencia de estudiantes extranjeros propició en 1948 unas actividades musicales en el claustro del seminario de Corbán, en el atrio del Hospital de San Rafael y también en la Península de la Magdalena. En ese mismo escenario, unos años antes, la célebre Barraca de Federico García Lorca había planteado la necesidad de un teatro popular y callejero, con más instinto de público que de sala. Sus organizadores no olvidan la receta, y aunque han tenido que sortear los influjos de la crisis -que se ha llevado por delante las representaciones de La Clementina de Boccherini- a base de creatividad y alguna que otra ausencia, seguirán ofreciendo el abono reducido a mayores, desempleados y estudiantes. Ruggero Godunov
La agenda se descorchará el sábado en la Sala Argenta del Palacio de Festivales de Santander, durante la jornada inaugural, con la representación de la ópera Borís Godunov de Mussorgsky a cargo de la Orquesta de la Opera Royal de Wallonie -Liège y el Coro de la Ópera de Namur- y en la versión escénica del franco-rumano Petrika Ionesco. El rol protagonista lo defenderá el barítono italiano Ruggero Raimondi, a quien recordamos, entre otra cosas, por el Don Giovanni cinematográfico de Joseph Losey. En el foso estará su compatriota Paolo Arrivabeni, que el próximo lunes dirigirá a los solistas Monique McDonald, Alina Shakirova, Marc Laho y Alexey Tikhomirov en el Réquiem de Verdi. Además de la jornada pedagógica Te cuento... una ópera, que girará en torno a Borís Godunov, la agenda lírica se completa con una versión semi-escénica de L'Orfeo monteverdiano a cargo de La Venexiana que dirige Claudio Cavina y los solistas Emmanuela Galli y Mirko Guadagnini.
No menos sugerente resulta el apartado orquestal. La Sinfónica de Bilbao acudirá con su titular, Günter Neuhold, para un doble homenaje a Miguel Ángel Samperio, en el décimo aniversario de su desaparición, y a Albéniz, con la soprano Ainhoa Arteta en las Baladas italianas y el pianista Horacio Lavandera para el Concierto fantástico. Otro solista destacado, el pianista Andrea Bachetti, ofrecerá un recital de Schumann y Cherubini.
La Filarmónica de Liverpool, a las órdenes de su carismático titular, Vasily Petrenko, abordará páginas de Shostakovich, Gubaidulina, Chopin y Mahler. La nota de color la pondrá la Philadelphia Pop Sym- phony Orchestra de Peter Nero con un programa en torno al musical americano de Bernstein y Gershwin y un repaso a los títulos más sonados de Lloyd Webber. La jornada de clausura del festival, el domingo 29 de agosto, será oficiada por Fabio Luisi y la Nacional danesa. Entre Queen y Mozart
Es tradición que la danza ocupe uno de los capítulos destacados de la agenda. A la cita acudirá el Béjart Ballet de Lausana, que no ha escatimado en referentes estéticos para Le Presbytère, coreografía dedicada a la memoria de Freddy Mercury y Jorge Donn que combina música de Queen y Mozart. El Ballet Nacional de España, con José Antonio a la cabeza, llevará su espectáculo Escuela Bolera, y el Nacional de Lituania, con Igor Yebra como artista invitado, propone Zorba el griego, con música de Mikis Theodorakis. Pero no todo pasa por el Palacio de Festivales. Ha sido deseo expreso de José Luis Ocejo, director del FIS desde 1979, fomentar una ramificación "por los lugares más señeros de la región, como elemento vertebrador y socializador de la cultura, para que toda Cantabria sea una gran fiesta bajo el denominador común de las artes".
El planteamiento permite, por ejemplo, que el Santuario de la Bien Aparecida y la Iglesia de Santa María de la Asunción de Laredo acojan el 40 Ciclo Estival de Música Coral -que prepara un emotivo encuentro entre J. Javier Gastón y Montserrat Torrent- y la gran cita contemporánea, que este año ha previsto una veintena de estrenos de los que darán cuenta Antón García Abril (Rubaiyyat, que es el cuarteto de encargo de esta edición), Sebastián Mariné (Lux), Carlos Cruz de Castro (Se me fue de nuevo el aire) o la polifacética Pilar Jurado (Del alba al alma), quien acompañará al pianista Sebastián Mariné en un concierto a la memoria del crítico musical Enrique Franco.
Un Salzburgo español
José Luis Ocejo lleva 31 años como director del Festival Internacional de Santander. Cuando se estrenó en el cargo, en 1979, las citas musicales se organizaban en un único enclave, la Plaza Porticada, que durante mucho tiempo fue, según Ocejo, "la plaza mayor de la música en España". Tenderete de día y escenario de noche, acogió durante 38 años a los grandes artistas del siglo XX. Desde su clausura -con un concierto, en 1990, dirigido por Rostropovich- y sustitución por el Palacio de Festivales, la programación del certamen ganó en calidad y se esparció por toda la región. "De adjudicarme algún mérito -explica Ocejo- sería el de haber conseguido el peregrinaje del festival por 40 parajes distintos, cada uno con su encanto particular, pero que al fin y al cabo dan buena cuenta de la cultura española y la vanguardia musical". Así lo demuestran las cerca de 300 obras estrenadas durante sus jornadas, que durante su mandato han pasado de las 15 ó 16 que se desarrollaban en la Porticada a las casi 70 que permiten sus cerca de 3 millones de euros de presupuesto para este año. "¿Salzburgo español? -bromea Ocejo-. Yo no diría tanto. Desde luego que nuestra programación no desmerece, pero aún nos distancian 42 millones de euros".