Vista de la exposición Cosmos en la Fundación Botín. Foto: Alberto Aja

Hay arte, y mucho, además de la programación Santander 2016. La Fundación Marcelino Botín, el Museo de Bellas Artes, una feria y varias galerías fomentan el consumo (y el coleccionismo) de arte más nuevo.

En el centro de Santander, encontramos un Museo de Bellas Artes inmerso en pleno proceso de cambio. Si ya desde la llegada, en 1990, de Salvador Carretero a la dirección el arte contemporáneo fue ganando espacio y el museo creció en todos los sentidos, es ahora cuando afronta su verdadero reto: una ampliación con el edificio colindante y un cambio de nomenclatura que lo convertirá, antes de final de año, en el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y de Cantabria, gracias al convenio firmado entre el Ayuntamiento (actual titular de la institución) y la Consejería de Cultura.

Hoy, el museo cuenta con una media de 50.000 visitantes anuales y una colección de 1.800 piezas. "Es un museo periférico pero con mucho dinamismo. Organizamos 15 exposiciones al año y cada temporada se incorporan nuevas obras a la colección, bien a través de compras directas, bien a través de las exposiciones que celebramos", asegura Carretero. Pero la mayor novedad del centro es quizá la disposición de su colección. Formada por piezas clásicas (las menos, aunque la estrella es un retrato de Fernando VII de Goya), modernas (un 42 por ciento) y contemporáneas (un 52 por ciento), la lectura y presentación de las mismas no es cronológica, sino temática y transversal: "El Goya convive con otros retratos de Pierre Gonnord o de Yasumasa Morimura, por ejemplo; en la sala dedicada a la mujer, María Blanchard dialoga con Victoria Civera o Catarina Campino...", explica el director que, además, organiza exposiciones temporales dedicadas a artistas como Jorge Galindo, Juan Uslé o Tim White, y al arte más joven en el espacio MeBas, abierto hace dos años.

Muy cerca de allí, en la calle Pedruecas está la sede principal de la Fundación Botín que ocupa un lugar destacado en el mapa del arte contemporáneo de Cantabria, centrado básicamente en la capital. Creada en 1964 y tras una renovación estructural en 2003 (con nueva sala de exposiciones y el nombramiento de un comité asesor) la Fundación centra su línea de actuación en la investigación, las exposiciones y la formación. Es precisamente aquí, en el apoyo a la creación, donde la Botín destaca a nivel nacional. Y es que sus Becas de Artes Pláticas son, desde su creación en 1993, un referente para los artistas jóvenes. Por allí han pasado Pedro G. Romero, Lara Almárcegui, Rogelio López Cuenca, Cristina Lucas, Marina Núñez, Juan Ugalde y Darío Urzay, entre otros. Tanto la beca como la exposición final, Itinerarios, son un conocido trampolín para los mejores artistas de cada generación. Además, un taller anual impartido por un artista internacional desde 1994 -Kounellis o Miroslaw Balka, han pasado por allí y Mona Hatoum ha estado este mes de julio-, dan cuenta de la preocupación por la formación.

Más lejos del centro, cerca del Palacio de la Magdalena, la Fundación Botín organiza cada verano en Villa Iris una gran exposición: este año Río Experimental, una visión panorámica sobre la intensa actividad experimental en el Río de Janeiro a finales de los sesenta y principios de los setenta, con Hélio Oiticica como protagonista.

Y en el ámbito privado, la veterana galería Siboney lidera un mercado creciente (su director, Juan Riancho, es el responsable de la feria ArteSantander), con Juan Silió y la más nueva galería Del Sol St. como dignas herederas.