Cap Rouge, Quebec
Eugenio Trías, Jesús López Cobos, Pere Gimferrer
Lo que da personalidad al paisaje local es un viaducto ferroviario construido en 1912 por la National Transcontinental Railway, que une los dos extremos del valle a lo largo de un kilómetro y a una altura de cincuenta metros. Se le llama "tracel", que seguramente deriva del inglés trestle que a su vez significa "puente de caballete". Durante la I Guerra Mundial toneladas de mercancías y miles de viajeros lo recorrían más de treinta veces al día; hoy está prácticamente en desuso pero su estructura de acero sigue marcando el horizonte como un monumento melancólico a la tecnología y el maquinismo.
Para mí esa audaz obra de ingeniería se ha convertido en un reto fotográfico, obsesivo, en el que fracaso repetidamente cada verano. Es una morfología demasiado potente sobre la que se proyectan reminiscencias de toda la historia de la fotografía, de las vanguardias experimentales al documentalismo escenográfico, de Moholy Nagy y Germaine Krull a William Eggleston y Joel Sternfeld. Pero confieso que me gusta fracasar en ese empeño porque así tengo excusa para seguir intentándolo.
Joan Fontcuberta (Barcelona, 1955), fotógrafo, crítico, profesor y ensayista, es premio Nacional de Fotografía (1998) y de Ensayo (2011).