Tristán Ulloa

Tristan Ulloa.

Tristan Ulloa dirige En construcción en la Sala Mirador hasta el 20 de abril

La historia de Sole y Pablo, dos emigrantes argentinos con un bebé y sin trabajo que llegan a Madrid para tratar de labrase un futuro, es la historia de miles de españoles en la actualidad que se ven obligados a marcharse a Alemania o al Reino Unido para encontrar un trabajo y algo de dignidad. Sole y Pablo son los protagonistas de En costrucción, la primera obra de teatro que dirige Tristán Ulloa (Orleans, 1970). La historia, escrita e interpretada por los argentinos Carolina Román y Nelson Dante a partir de su experiencia como inmigrantes en nuestro país, también ha supuesto la nominación para Ulloa como mejor director de escena en los premios Max. La obra puede verse en la Sala Mirador hasta el 20 de abril.

Pregunta.- La historia de En Construcción parte de las experiencias personales de Nelson Dante y Carolina Román...
Respuesta.- Ese es el punto de partida pero no es realmente una autobiografía. El ejercicio era hablar de algo que conociesen bien pero, a partir de ahí crear una ficción. No solo están sus experiencias, la obra también refleja lo que nos contaban algunos amigos y conocidos y lo que veíamos por la calle. Nelson fue el que tuvo la idea de escribir una pieza cortita y yo les planteé a Carolina (pareja del actor) y a él que escribieran sobre algo que conocieran bien.

P.- ¿Ha percibido algún cambio en relación a la problemática que refleja la obra desde que se estrenó a principios de 2013?
R.- De hecho se ha acentuado bastante y por eso ha ganado peso. También fluidez, ahora entra como un tiro... Pero la realidad, la actualidad social, nos ha puesto más en vigencia que nunca. Ahora no solo se ven reflejados los extranjeros, ya sean de Argentina o de Albania, también los españoles porque nos hemos convertido igualmente en emigrantes. Es un tema universal.

P.- Es la primera vez que dirige teatro. ¿Qué tal la experiencia?
R.- La experiencia ha sido muy buena. Era un trabajo muy pequeño, muy modesto, que ha salido de nuestros bolsillos y ha ido creciendo de una manera que creo que es muy coherente. Además la obra ha virado de lo concreto a lo universal de una manera muy natural. La gente se ve identificada con unas experiencias muy concretas. Los españoles volvemos a ser ahora emigrantes y por tanto la obra es casi un espejo que invita al público a mirarse a si mismo.

P.- Supongo que será un orgullo haber sido nominado a los premios Max por un trabajo tan personal...
R.- Ha sido un orgullo y una sorpresa. Al ser una obra tan pequeña no creíamos estar en el circuito al que atienden los premios Max. Creo que también se debe a que nuestra trayectoria ha sido muy honesta. La obra empezó como una milonga, de ahí pasó al Microteatro por dinero, después al Teatro del Arte y ahora estamos en la Sala Mirador.

P.- ¿Cómo es desarrollar la labor de productor de teatro en la actualidad?
R.- Hay que ser muy inconsciente para invertir en esto con la cantidad de porcentajes que no caen en tu bolsillo. El 40 % de lo recaudado va para la sala, el 21 % es para el IVA, el 10 % para los autores... Aspiramos al 19 % y con eso te tienes que poner a pagar gastos y sueldos... Nos podía haber salido mal pero era una apuesta en la que estábamos muy seguros.

P.- ¿Qué le parece el trabajo que desarrolla en la Sala Mirador Juan Diego Botto apostando por una linea de programación más social?
R.- Me parece bien. Es verdad que en estos tiempos la gente quiere ir al teatro para evadirse. Pero no hay que eludir esta línea que sigue la Sala Mirador. El teatro también está para reflexionar. A mí es lo que me interesa como espectador. Hay que tratar al público como un sujeto activo e inteligente.

P.- Parece que últimamente está más distanciado del cine...
R.- El problema es que no salen películas. Ahora se hace mucho menos cine en España. En total llevo unos 5 años sin rodar aquí pero yo sigo con la misma ilusión. En este momento estoy preparando mi segunda película como director junto a mi hermano David. Tras rodar Pudor ya sabemos lo que hay y queremos repetir la experiencia aunque estemos al margen. El cine que se hace ahora es entretenimiento. Los productores piensan que de esta manera, haciendo comedias, van sobre seguro pero yo no lo tengo tan claro.

P.- Ahora se está popularizando otra manera de hacer cine, el llamado low-cost. De hecho usted participó en Gente en sitios de Juan Cavestany...
R.- Está bien como experiencia pero no sé si nos hace un favor o nos perjudica que una película en la que nadie ha cobrado sea para muchos críticos la mejor película del año. Para mí no era más que un experimento que surgió de las ganas de hacer algo en vez de quedarte tirado en el sofá.