'Karma Rojo': las calles de Calcuta se visten de 'noir'
Karma Rojo se construye con la combinación de tres ingrendientes: un thriller inspirado en el cine de Hichtcock, un recorrido por la India actual y una dosis de corrupción con la multinacional abusiva de turno. El resultado de esta mezcla fue... ¡el Premio Angoulême 2015! al mejor cómic de género negro. Pero si algo caracteriza a esta obra es el interés por la viñeta siguiente y el ritmo trepidante desde que la protagonista, una embarazadísima parisina llamada Adelaide, se desplaza a Calcuta para dar con el paradero de su amado.
La narración se desliza por los senderos habituales que el cine y las novelas de acción suelen proponer. Solo que aquí guionista y dibujante nos sumergen en las contradicciones del día a día de aquel lejano país mientras vamos conociendo los diferentes secundarios (taxista, jefe de policía, prostitutas, transportistas...), personajes necesarios para entender el microcosmos vital de la India moderna. Tradición y creencias conviven junto a desahuciados y ventajistas. Por cierto, a los occidentales se nos sigue tachando de arrogantes invasores.
El trasfondo -la lucha por defenderse de injusticias surgidas de la voracidad capitalista- puede resultar algo ingenuo pero a la vista de lo que acontece por aquellos lares, lejos de resultar trivial podría llegar a indignar. Por eso, el hilo conductor de corte sentimental (chica busca a chico) se transforma en un gran Macguffin para retratar algunas de las innumerables atrocidades que ocurren cotidianamente en aquellas antiguas colonias europeas. Karma Rojo es visualmente hipnótica, con un trazo espontáneo y colores vibrantes, un cómic donde la puesta en escena que propone Pierre-Henry Gomont intensifica una experiencia ya de por sí llamativa y original. Así que sumérjanse en los barrios de Calcuta y descubran que fue de Mathieu. Namasté.