Arte

Salón internacional de fotografía

Territorios y cuerpos

27 febrero, 2000 01:00

Joxerra Melguizo: Vestido de lenguaje, 1998-1999

El Palacio Revillagigedo aloja un año más el Salón Internacional de Fotografía, que alcanza su edición número cuarenta y siete. Una cita con solera que ha ido recogiendo, con un esquema abierto, las últimas tendencias fotográficas. Frente a la edición del pasado año, con cuatro exposiciones individuales, en esta edición los organizadores han optado por presentar dos muestras colectivas de distinto talante. Una de ellas, Bordes inasibles, se plantea como una exposición temática en torno a diversos aspectos implicados en la corporalidad. La otra, Luz astral, sigue un criterio geográfico y pretende reflejar la fotografía argentina de las últimas décadas.

Omar Pascual Castillo ha invitado en Bordes inasibles. Diálogos acerca del cuerpo, a dieciséis artistas, españoles (mayoritariamente) y latinoamericanos (tres cubanos, un mexicano, un colombiano y un estadounidense), casi todos jóvenes pero con una trayectoria ya bien consolidada, a los que ha agrupado en parejas según afinidades en su enfoque sobre el argumento que está en la base de la exposición: Santiago Ayán y Joxerra Melguizo; Ana Teresa Ortega y Eduardo Aparicio; Sandra Ceballos e Iñaki álvarez; René Peña y Tatiana Parcero; Mayte Vieta y óscar Muñoz; Gabriela Grech y Pedro López Cañas; Carmen Sigler y Santiago B.

Olmo; y Andrés Serrano y Joan Fontcuberta. Juntos configuran un elenco más que interesante y suman un conjunto de obras de gran atractivo no sólo por suponer un suficientemente amplio espectro de visiones sobre un tema tan actual -y a veces tan torpemente manoseado- como el de la corporalidad, sino por la multiplicidad de diálogos abiertos por esos emparejamientos. Las vertientes del pretexto argumental contempladas van del cuerpo como espacio existencial, mítico, a su papel como territorio de representación de cara al exterior, pero casi siempre giran en torno a aspectos más primarios como la visceralidad, la intuición, la sexualidad, la ritualidad. Es decir, al cuerpo como instrumento de expresión de vida, y, según apunta el comisario, como receptáculo privilegiado de las experiencias y los contenidos que son objeto del arte.

Elda Harrington y Manuel Santos son los comisarios de Luz austral. Fotografía argentina a fin de siglo, que abarca desde los años 60 a la actualidad, aunque predominan las obras recientes incluso de los artistas más veteranos. Es un período en el que, entre la efervescencia de los "fotoclubs" y la eclosión actual, la dictadura señaló un quiebro que dejó una profunda huella en el tejido artístico argentino. Articulada en tres secciones cronológicas, La ruptura (años cincuenta y sesenta), La generación intermedia (artistas ya consolidados) y Panorama actual, la muestra incluye obras de treinta fotógrafos, la mayoría de ellos desconocidos para el público español, a pesar de que nuestro país haya sido destino escogido por no pocos artistas argentinos como patria de adopción.

Los géneros imperantes son el retrato (que tiene su máximo representante en Humberto Rivas, Premio Nacional de Fotografía en España) y el reflejo de la realidad social y política (desde la denucia de Marcelo Brodsky a la ácida ironía de Marcos López) pero también se percibe una gran atención a la investigación formal y técnica. En este sentido destacan las obras de Juan Travnik, Cayetano Archidiácono, Paula Luttringer, Alejandro Montes de Oca, Liliana Parra y Marcos López.