Image: Objetos de poder

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Arte

Objetos de poder

Diosas del Mediterráneo

12 julio, 2000 02:00

Venus de Grimaldi. Italia. Paleolítico superior

Museo de Historia de la Ciudad. Plaza del Rey, s/n. Barcelona. Hasta el 5 de noviembre

El tema de la exposición es el de la representación femenina, pero también ese mundo tan difícil de definir que se sitúa entre la magia, la religión y el arte

Diosas: imágenes femeninas del Mediterráneo de la prehistoria al mundo romano presenta un recorrido cronológico por la figura femenina desde el primer milenio a. C. hasta el mundo clásico. El término de "diosas" se ha de entender de una manera amplia porque no se trata tan solo de diosas en sentido estricto, sino, según las diferentes culturas, de sacerdotisas, madres, concubinas, reinas, etcétera. Son figuras con finalidad protectora o instrumentos para relacionarse con el enigma de la vida. El tema de la exposición es el de la representación femenina, pero también ese mundo tan difícil de definir que se sitúa entre la magia, la religión y el arte.

Entre las muchas aproximaciones de que es susceptible la muestra, quiero mencionar una reflexión del pintor Antoni Tàpies. Cuando éste alude a sus raíces como artista, habla de lo que los antropólogos denominan "objetos de poder" en relación a ciertas esculturas africanas pero que puede hacerse extensible a otras manifestaciones y culturas. Ya sé que la reflexión del artista catalán es mucho más compleja, pero interesa destacar que el "objeto de poder" es una suerte de fetiche investido de un poder cósmico, un talismán portador de un mensaje misterioso. El chamán ha iluminado aquella materia o escultura y la ha transformado en un objeto mágico. Por esta razón, las "diosas" de la exposición, como "objetos de poder", poseen un elevado contenido emocional; no son simples formas u ornamentos, se trata de símbolos de una energía espiritual, son la expresión de una realidad muy profunda que alude al secreto del Universo. Poseen, en definitiva, una dimensión sagrada. Una escultura que quiere ser diosa y que encarna el misterio de la vida se manifiesta necesariamente como algo sobrenatural.

A pesar de la distancia temporal y de contexto, las "diosas" mantienen toda su fuerza misteriosa y portan una significación enraizada en el presente. Una tradición muy importante en el arte contemporáneo responde, como las "diosas", a un afán de trascendencia y espiritualidad. Más aún, cuando Tàpies intenta explicar el sentido y la razón del arte, el arte de lo profundo, lo sitúa en un ámbito suprahistórico como una experiencia trascendente vinculada a esta idea de objetos de poder. En este sentido no existe diferencia de contenido entre Malevitch, Mondrian, Rothko y estos objetos sagrados.

En la exposición se crea un microclima que la aisla del espacio circundante (el salón Tinell) y las piezas se presentan en vitrinas y cajas como si se tratara -y de hecho lo son- de joyas u objetos preciosos de reducidas dimensiones. El planteamiento se modifica cuando en el recorrido se introducen las esculturas clásicas de carácter naturalista, con más luminosidad y unas vitrinas más aéreas. Pero para mí es lo mismo. Naturalistas o no, todas las diosas de la exposición poseen el mismo sentido. De hecho, todas estas piezas están realizas por ese escultor, el tiempo, del que hablaba Marguerite Yourcenar; el tiempo les ha proporcionado una pátina y un aura, las ha roto y restaurado, las ha enterrado y desenterrado hasta llegar a su estado actual. Pero existe otro aspecto igualmente importante: la imaginación. La imaginación las ha construido y les ha atribuido su particular belleza y forma. En sí misma la belleza clásica es una pura abstracción, un puro imaginario, al igual que las venus prehistóricas, pletóricas de atributos sexuales, o los esquemáticos ídolos de las islas Cícladas. Y es que todas las "diosas" son "imágenes de lo invisible", la manera en que lo invisible (lo trascendente, el deseo, la esperanza....) se hace forma.