Image: Imágenes con función social

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Arte

Imágenes con función social

6 febrero, 2003 01:00

Ken Lum: There is no place like home, 2001

Micropolíticas I. EACC. Carrer Prim, s/n. Castellón. Hasta el 30 de marzo

"¡Me parece un asco! Esto no es arte. Es sociología". Esta "explosión" de oposición de un crítico italiano a lo expuesto en la última Documenta de Kassel sirve de grito de guerra a los contestatarios del nuevo arte de contenido político. Se trata de un arte que podríamos denominar "civil", pues, desde actitudes individuales y ciudadanas, mantiene un interés ético sobre temas de dimensión política y social, pero rehuyendo identificarse con opciones de partido y renunciando a las actitudes reivindicativas del arte de protesta. Sobre este arte de horizontes sociales alternativos trata este incitador proyecto comisariado por Juan Vicente Aliaga, María de Corral y el propio director del EACC, José Miguel Cortés, quienes remiten estas prácticas artísticas a la "micropolítica", distanciándolas de las dimensiones clásicas del arte social. Se trata de un ciclo de tres exposiciones que reflexionan sobre la diversidad de las aportaciones de un elenco internacional de artistas activos desde el mayo del 68 hasta hoy.

Esta primera exposición trata de las prácticas más recientes, las desarrolladas entre 1989 y 2001, desde la caída del muro de Berlín hasta la de las Torres Gemelas, hitos incisivos sobre las transformaciones en la intimidad, relaciones personales y cotidianidad del sujeto, asuntos cuya representación se ha convertido en tema central de una parte fundamental del arte. La imagen global de lo expuesto impacta por la inmediatez y fuerza de unas imágenes de lo cotidiano que el arte trata de liberar de la banalización, dotándolas de las funciones sociales y referenciales de la cultura. Ya en el muro exterior del centro funciona como un trallazo la cartelera There is no place like home, de Ken Lum, mezclando textos e imágenes publicitarias, postulando que, por encima de emigraciones, nacionalidades o etnias, "el hogar está donde está el corazón". El impacto crece a la entrada de la muestra, con la compleja video-instalación de la cineasta Chantal Akerman, From the other side, uno de los platos fuertes en Kassel’02: imágenes alucinantes del control, caza y captura de inmigrantes ilegales por parte de rancheros de Arizona. El vídeo funciona aquí como género preferente, con propuestas tan "de choque" como las de Mik, con relatos sobre la destrucción del entorno doméstico por la violencia absurda del hombre o por la brutalidad de las fuerzas naturales; también con documentales tan pormenorizados como el Bruce Nauman, testificando la falta de sentido que comportan muchos trabajos de la vida en un rancho; o con testimonios tan dramáticos como los de The Present, de Ahtila, sobre la urgencia de perdonarse a uno mismo -con imágenes que recuerdan el cine de Bergman-, y como las declaraciones sobre pozos oscuros de la intimidad en los proyectos Trauma y Confiésalo..., de Wearing. También trata sobre la privacidad mezclada con lo público el laberíntico espacio Day’s Inn, de Ann-Sofi Sidén: sistema de vigilancia invertido controlando la vida en las habitaciones de un hotel.

Lo arquitectónico es otro género predominante en estas prácticas. Aquí tenemos cinco propuestas: Kidea, de la barcelonesa Alicia Framis, un ámbito para funciones cambiadas entre niños y adultos, un edificio "parkingpadres" a cuyo alrededor los pequeños pueden actuar como mayores en un mercado; el diseño A-Z 2001 Homestead Units, de Zittel, de casitas portátiles, potenciando la independencia y libertad personales; el conocido habitáculo Célula (Arco de histeria), de Bourgeois, teatro sobre represión y castigo; el escenográfico espacio miserabilista Baño en la esquina, del ruso Kabakov, en que el espectador siente la turbación de haber penetrado en lo más privado; y el diseño de gimnasio Mini Sportopia, del taller AVL, comentario contundente sobre los actuales laboratorios de culto al cuerpo.

Siendo la fotografía dominio habitual de este nuevo arte, en la exposición sólo está representada por Domestic Series, proyecto de Catherine Opie, que viajó por Estados Unidos para fotografiar familias de lesbianas, determinando un documental de gran eficacia sobre política cultural-sexual. Asimismo lo fotográfico resulta resolutivo en la citada propuesta de Lum y en las suites Masturbación y Brian, que acompañan los vídeos de Wearing, subrayando una de las claves de la exposición: el acoplamiento regenerativo del arte con lo real.