Bienvenidos al nuevo IVAM
Sejima y Nishizawa proyectan la ampliación del centro valenciano
10 abril, 2003 02:00Maqueta de la ampliación del IVAM
SANAA, la oficina de colaboración entre Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa, es un estudio que se fundó en 1995. Con sede en Tokio, están desarrollando proyectos en Japón, EE.UU. y Europa. El IVAM es su primer proyecto en España. Invitados internacionalmente a competir en los grandes concursos, disfrutan de un gran reconocimiento. Actualmente construyen el Centro del Vidrio en el Museo de Arte de Toledo (EEUU), el Museo de Arte Contemporáneo para el Siglo XXI en Kanazawa, Japón, y el Teatro de Almere en los Países Bajos.
Tras analizar las características preexistentes y tras explorar las muchísimas posibilidades que se abrían como estrategia para ampliar el IVAM, se ha elegido, con gran acierto e inteligencia, la presentada por los arquitectos japoneses Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa, agrupados bajo el nombre de SANAA. Su propuesta se configura no como una ampliación del museo, sino como un nuevo museo. Su arquitectura está diseñada con tal acierto que tiene la capacidad de envolver la actual estructura alterando espacialmente su exterior, capturando el espacio que genera el objeto mediante un cubo que, a modo de urna, se muestra como una caja compacta, ligera y simbólica. No será, como lo es en el proyecto de ampliación del Museo Reina Sofía del arquitecto francés Nouvel un edificio anexo que se diferencia del actual, sino un nuevo edificio que toma el actual como elemento dentro de la composición del espacio. Quieren los arquitectos transmitir la sensación de caminar a la sombra de los árboles bajo el resplandeciente sol valenciano, algo que les impresionó, junto a los deslumbrantes espacios para la actividad y la contemplación, como los mercados e iglesias de Valencia que constituían el modelo a aplicar.
La estrategia de SANAA, muy estudiada desde la idea, el objeto y el espacio, se distancia del proyecto de los arquitectos valencianos y lo transforma tan radicalmente que, por arte de magia, desaparece. El volumen despliega su forma y la proyecta sobre la ciudad, avanzando en escala e imagen sobre la masa construida del barrio del Carmen, lanzando una aureola de luz por toda la ciudad a partir de su atractiva piel traslúcida y ligera. Esta piel, construida con chapa de acero perforada, transforma el viento en una suave brisa, el soleamiento en un espacio luminoso y, sobre todo, los intersticios del actual edificio en nuevos espacios para el museo, comprendidos en galerías a nivel de calle y una emblemática terraza que se descubre sobre la azotea del actual volumen y que será el espacio más representativo del nuevo IVAM.
Desde este plano privilegiado se podrá divisar toda la ciudad de Valencia, protegido del sol y rodeado por la colección de esculturas del mueso, generando así un jardín protegido en un espacio ambiguo entre el exterior y el interior, modulado en sus parámetros climáticos por la envolvente que da forma al nuevo contenedor. Con esta ampliación, el IVAM prácticamente duplica su capacidad en todas sus funciones, salas de exposiciones, almacenes, espacios públicos, pero sobre todo gana en representatividad y en un espacio singular que se entrega así a la ciudad de Valencia.