Razón y praxis urbana
Amann/Cánovas y Maruri inauguran en Cartagena
18 marzo, 2004 01:00Edificio de viviendas en Lorquí, Murcia
Atxu Amann Alcocer (Madrid, 1961), Andrés Cánovas Alcaraz (Cartagena, 1958) y Nicolás Maruri Mendoza (Madrid, 1961) se asocian en 1987. Los tres son licenciados y ahora profesores por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Han obtenido numerosos premios en concursos por su obra construida, como el reciente el Premio Calidad Estética de Arquitectura y Vivienda de la Comunidad de Madrid 2003. Acaban de regresar de la universidad de Arizona, donde han impartido clases como profesores invitados.
Situado en el ensanche de Carabanchel (Madrid), propone una revisión de la manzana tradicional. Parten de la primaria composición inscrita en el tejido urbano, para introducir la cualidad espacial del bloque abierto. Inteligente propuesta que encierra en una cinta permeable la edificación generada por superposición de bandejas que soportan las individualizadas cajas residenciales que los arquitectos identifican en un mosaico de colores a la carta del usuario, separadas entre sí para permitir un espacio pasante entre el interior y el exterior de la manzana. Así las viviendas abrazan un espacio de carácter privado que permite una completa exposición en continuidad a un plano volcado al exterior, y que en conjunto forman un espeso tejido poroso de modulo igual a una célula residencial que acompasa una secuencia sencilla y atractiva. Cada célula es una vivienda con patio, el espacio común es un jardín y las vistas se entrecruzan constantemente entre el interior y el exterior, condición ambigua y provocada, y germen del proyecto.
En el reciente concurso sobre Vivienda Social y de Protección Oficial, reciben el primer premio en la categoría "futuro" .Imagino que esta categoría ha querido premiar aquellas propuestas que aportan una visión mas innovadora de la ciudad contemporánea frente al más aburrido y convencional "presente" de la vivienda social. Proponen la recuperación del patio en la ciudad contemporánea a partir de interesantes esquemas de la formación de la trama urbana y manipulaciones en las estrategias de formación de texturas de ciudad. Para ello inclinan los vectores que habitualmente dirigen los espacios residenciales lanzándolos verticalmente, invitando así a una reflexión de cómo la morfología del tapiz urbano puede ordenarse en estratos verticales y aportar así la densidad necesaria. La modulación y densidad se relacionan fabricando un trenzado híbrido que se sitúa entre la alta densidad del centro de las ciudades y la edificación característica de las conurbaciones periféricas. En las viviendas de Lorqui, la sombra y el aire ordenan el espacio. Y en Cartagena, la luz y el aire penetran en el vientre de los tambores metálicos que construyen la torre de ascensores, materializando su leve y adusta presencia en la ciudad, con una valiente respuesta de AtxuAmann, Andrés Cánovas y Nicolás Maruri junto con el arquitecto Martín Lejarraga para salvar el enorme desmonte y recuperar un recorrido de la ciudad. En la base de la herida topográfica, se construyen unas dependencias de programa terciario que actúan como complemento a la ligereza de la torre. Unos muros de hormigón que evocan a los antiguos refugios en la roca que se horadaron durante la guerra civil, y que en la reinterpretación contemporánea de los arquitectos construyen el nuevo frente urbano y el soporte de la torre.