Robert Wilson
El idioma de la imaginación
9 septiembre, 2004 02:00Vista del montaje de Wilson
La exposición se inicia con una cita de Octavio Paz que justifica la radical intervención que se ha realizado en el Museo Barbier-Mueller. éste contiene una valiosa colección de arte precolombino, pero ahora no se presenta según los criterios museográficos al uso, sino según la mirada de un creador, Robert Wilson. Wilson no se ha limitado a una disposición más o menos creativa de las piezas, sino que ha realizado una nueva obra a partir de la colección.No es de extrañar que esta intervención sorprenda a quienes se dirigen al museo buscando eso, un museo de arte precolombino. Pero las palabras de Octavio Paz explican muy bien el porqué y las motivaciones que animan este tipo de acciones. Es decir, frente la lectura científica del arte precolombino -por cierto, no exenta de interés- existen, además, otras maneras de aproximación: un acercamiento emocional. En definitiva, lo que se reivindica en esta presentación es precisamente este otro posicionamiento: un conocimiento intuitivo y emocional de la obra de arte.
¿Cómo situarnos ante lo que se llama arte precolombino, una manifestación alejada de nuestro presente? Valga lo que digo también para el arte egipcio, el románico o incluso experiencias contemporáneas. Precisamente el caso egipcio ilustra bien esto que venimos diciendo: lo que conocemos de esta cultura no tiene nada que ver con nuestro concepto actual del arte. Estaba destinado a colocarse en el fondo de una tumba para que jamás volviese a ver la luz del día.
Yo creo que es precisamente el arte contemporáneo -o una actitud propia del arte contemporáneo- el que nos ayuda a aproximarnos a estas manifestaciones ajenas a la tradición clásica. En él existe una idea clave, la imaginación, y ésta es la llave que abre la obra de Tàpies -por ejemplo- y a estas otras manifestaciones. La imaginación permite una reactualización y un diálogo con estos objetos extraños que provienen de otras civilizaciones.
Robert Wilson, conocido especialmente por su actividad en el ámbito del teatro experimental, propone un diálogo desde el presente con el arte precolombino. Wilson realiza literalmente puestas en escenas de una gran capacidad de evocación y sugestión. Sin embargo, interesa subrayar que se trata de una conversación con el arte precolombino. Se dirige a él con las preocupaciones de hoy y las que siempre han inquietado al hombre. El arte americano le sirve de guía para formular preguntas e intuiciones, porque aquellas manifestaciones del pasado plantean las mismas cuestiones de siempre. Y en este diálogo, viaje de ida y vuelta, también se trata de desvelar el misterio que aquellas tan celosamente guardan. Se trata de preguntar qué respuestas puede dar el pasado al presente, y viceversa, de qué manera el presente ilumina el pasado.