Image: Nigel Glendinning

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Arte

Nigel Glendinning

“Antes que Goya me interesó Picasso”

19 mayo, 2005 02:00

Nigel Glendinning. Foto: Hugo Glendinning

Es uno de los más célebres hispanistas, especialista en la cultural española del XVIII y concretamente en Goya: Nigel Glendinning llega estos días a Madrid para recibir el 23 de mayo el Premio Fundación Amigos del Museo del Prado. Un reconocimiento que tienen ya Alfonso Pérez Sánchez o el director del Metropolitan, Philippe de Montebello.

Vitalista al máximo y conversador infatigable, Nigel Glendinning (East Sheen, Inglaterra, 1929) atiende gustoso nuestra llamada a su casa de Londres. "Antes teníamos una casa en el Ampurdán -cuenta- y viajábamos a España con frecuencia, ahora estoy jubilado y me dedico más a escribir y a estudiar..., a veces hasta me pagan por lo que escribo", se ríe con humildad. Leemos primero todas las preguntas de la entrevista y, aunque parezca un tanto extraño, insiste en comenzar por la última: antes de meterse de lleno en Goya quiere hablar de su relación con el arte contemporáneo, "es importante", dice. Y así empezamos.

-¿Cómo se enfrenta un experto en Goya al arte contemporáneo?
-El arte contemporáneo ha sido más importante en mi vida que el clásico: en mi familia había artistas por lo que era normal ir a visitar sus talleres. Además, mi generación era joven antes de la segunda guerra mundial y esa contienda en mi país tuvo consecuencias culturales muy importantes, es un momento que artísticamente me ha interesado mucho. Cuando en 1962 me nombraron catedrático de español en Southampton me invitaron a montar exposiciones, así que durante los seis años que estuve allí organicé muestras, la mayoría de jóvenes. Y lo mismo ocurre con el arte español: primero me interesé por Picasso, Miró y Juan Gris. Aunque ya conocía a Velázquez o Zurbarán, los había visto poco. Mi interés por el arte español empieza en lo moderno, luego pasa por lo histórico hasta llegar otra vez a lo contemporáneo: Tàpies, Millares... Cuando voy a Madrid visito con frecuencia el Reina Sofía.

-Pero, finalmente se decidió por estudiar a Goya, ¿qué le fascinó de él?
-Goya no se puede abarcar... es inmenso, siempre en contacto con su momento histórico. Sus cuadros de la guerra, su observación de la gente que pasea por la calle, etc. Es una respuesta ante estos momentos y, sin embargo, es también un pintor que llega a ser expresionista, que expresa sus propios sentimientos, aunque en este sentido no está sólo: si uno mira autorretratos de pintores de la época ve cómo el artista se hace cada vez más independiente. En cualquier caso, como genio es único. Y lo increíble de Goya es cómo a través de su obra vemos que pasa de ser un pintor de Corte a ser ese artista fascinante que llena álbumes de dibujos, que pinta cuadros para él mismo (no para venderlos), como es el caso de las Pinturas negras.

La magia de Goya
-¿Cuál es la actualidad de Goya?
-Es un pintor con una técnica que en sí misma es algo extraordinario: son pinceladas sueltas y hay mucha textura además del óleo. Creo que esa veta de la pintura que pasa de Tiziano a Velázquez y de Velázquez a Goya quizá apasione más a los jóvenes que la pintura que parte de definir o dibujar primero, como Rafael. También nos fascina con ese efecto que crea en muchas pinturas suyas: si uno está cerca del lienzo hay una especie de caos, no se definen bien los detalles, y si se aleja la sensación del espacio crece. Goya emplea la magia en su pintura.

»Otro aspecto de Goya que llama la atención es su mirada irónica y satírica. Algo que no emplean contemporáneos suyos. Goya sigue la política de la época, tiene amigos políticos. Todo ello hace de su obra una obra histórica y, sin embargo, su ironía coincide con preocupaciones actuales.
-¿Qué consejo le da a quien se acerca a las Pinturas negras?
-Es muy difícil acercarse a las Pinturas negras: son cuadros que han sufrido mucho con el tiempo, que tuvieron que sacarse con dificultad de las paredes de la casa de Goya y trasladarse al lienzo y han pasado por restauraciones que en ocasiones cambiaban bastante el cuadro. Actualmente no se pueden contemplar en el orden que estaban en la casa. Estos cuadros se pintaron para ponerse en sitios muy determinados en dos salas y creo que es una lástima que no se hayan puesto en el orden original y en la relación que tienen unos con otros. Pero claro, esto supondría un gasto enorme para el Prado. Me parece muy interesante una teoría de hace 20 años que decía que en la sala de abajo había un lado masculino y uno femenino: Judit y Holofernes, La Leocadia y El aquelarre en un lado, y Saturno, Los dos monjes y La peregrinación a la fuente de San Isidro al otro. Y sobre la puerta del fondo probablemente estaba el cuadro Dos viejos comiendo sopa que perfectamente pueden ser una mujer y un hombre. Con un grupo tan original y distinto de lo normal, tan horrendo en muchos sentidos, sería útil poderlo ver en situación.

-¿Cómo sitúa las Pinturas negras en relación con la obra de Turner o Friedrich, en lo que pueden tener de origen de la abstracción?
-Friedrich y Turner son similares y en ellos la luz es muy hermosa y tiene algo de religioso. Goya siente más preocupación por lo humano y la historia le ha cogido en un momento de luchas, guerras y horrores, y esto es lo que le guía, sin olvidar su propia mala suerte, por la sordera. En los dos primeros prima la idea de lo sublime, del poder de la naturaleza, de la emoción del paisaje, mientras que en las Pinturas negras entra el otro aspecto: lo sublime terrorífico, la oscuridad, el miedo, como base de la emoción del cuadro. No veo tanta relación de Goya con la abstracción como con el expresionismo: el hombre y la mujer son fundamentales para él, el elemento humano es primordial. A su vez hay elementos grotescos, distorsiones, exageraciones, premonición del expresionismo.

Copias y atribuciones
-Cada vez que se subasta algo de Goya se cuestiona si el Museo del Prado debe o no hacerse con el lote, ¿debe comprar todo lo que salga al mercado o sólo las grandes obras?
-Creo que el Prado debe adquirir sólo las grandes obras. Es más, no me parecería mal que vendiera copias que tiene de otros cuadros de Goya, esas que no se sabe si son de Goya o de otros autores y que ya no expone... Estoy pensando concretamente en una escena pequeña, La hoguera, y recuerdo que hay otras escenas muy similares que parecen más de Goya que la del Prado y que están en una colección privada.

-Esto nos lleva a un problema más grave: el de las atribuciones...
-No estoy de acuerdo con algunas de las desatribuciones recientes, por mucho que lo digan otros expertos. A mí El coloso y La lechera de Burdeos me siguen pareciendo de Goya, no me convencen los argumentos que se han dado en su contra. De hecho el Museo las sigue incluyendo en el catálogo general. Lo cierto es que en la mayoría de obras de Goya no hay dudas de autoría, pero luego hay una veintena, quizá más, que se han cuestionado últimamente. A lo que yo me he opuesto siempre es a volcar esas opiniones en contra de los cuadros en los periódicos porque nunca se argumenta por qué no parecen de Goya y nos quedamos sólo con el titular.

-Está claro que para recibir, un museo como el Prado está también obligado a prestar, pero siempre hay un riesgo: ¿cuáles son las obras que nunca deberían salir del Prado?
-Es muy díficil tomar este tipo de decisiones. Hay obras que no han salido nunca, como las Pinturas negras, porque se trata de obras frágiles, pero en realidad muchas lo son... Lo que creo es que no se deben hacer exposiciones de Goya cada año en el mundo porque esto es ahorrar a los súbditos de esos países el viaje a España y ese no es el fin de una exposición: las exposiciones deben hacerse para mejorar nuestros conocimientos de un pintor o de una época.

-¿No es partidario de las exposiciones-espectáculo, de las grandes muestras que forman largas colas?
-Las grandes exposiciones deben ser espectaculares pero también deben hacer pensar. No se puede montar una exposición de Goya sólo porque atrae a mucha gento. Y en esto Goya es un caso único y casi siempre los museos extranjeros están reclamando obras suyas. Pero también ha habido exposiciones que han ayudado a los estudiosos como Goya, el capricho y la invención (en Madrid y Londres), por ejemplo. Es mejor una muestra de 50 cuadros que de 100: de un tiempo a esta parte, las exposiciones son tan grandes que el público ya no mira, sólo se asoma un poco a las salas, sin detenerse en nada.

-Su relación con el Prado viene de lejos, ha colaborado en catálogos y exposiciones, supongo que estará al tanto de los problemas de la reciente ampliación del Museo.
-La verdad es que no sé lo suficiente. Lo que está claro es que en una obra así no hay manera de evitar que aumenten los gastos, la gente se enfada, pero es así siempre. En cuanto a las nuevas salas, hay que tener muy en cuenta la opinión de historiadores y conservadores.