Arte

Jesús Galdón en el laberinto

Antínous o la historia circular

29 junio, 2006 02:00

Mirada jove 2, 2006

Museo de Arqueología de Cataluña. Pº de Santa Madrona, 39. Montjuïc. Barcelona. Hasta el 25 de septiembre

Antino o la historia circular es una intervención de Jesús Galdón en el Museo de Arqueología de Cataluña que pretende reflexionar sobre los rostros desconocidos de los retratos del pasado. El punto de partida es "Antino" como metáfora -para el artista es la expresión de esta imagen anónima que acabó por difundirse por todo el Imperio- y la teoría de la complejidad, según la cual las relaciones entre individuos en un radio determinado son más próximas de lo que en un principio se podría pensar. El proyecto se presenta en una sala de 400 m2 y ha sido consecuencia de un largo proceso de recuperación de imágenes del período romano por todo el Mediterráneo: Tarragona, Barcelona, Delfos, Atenas, El Cairo y Roma.

El resultado es una imagen híbrida, extraña, que posee una condición sublime, vertiginosa o alucinada. Al penetrar en el museo, la primera figura que uno observa es una de las piezas más relevantes del Arqueológico, la escultura de Asclepio (Esculapio) del siglo III a.C., localizada en el centro neurálgico del edificio. Pero ahora se contempla con un fondo de luz que la transforma en una especie de sombra. Esta fuente de luz es una puerta simbólica: sugiere aquellos accesos -como en la ciencia-ficción, el terror o las pantallas de ordenador- que introducen a una dimensión desconocida, a un infinito ajeno a toda magnitud mensurable.

Y lo que sigue tras esta luminiscencia es un espacio mítico o ritual en el que se confrontan las miradas del presente y del pasado. Es un entorno mágico porque es un lugar de aparición. Y aquello que aparece es un rostro fragmentado, una proyección fantasmática en la que apenas se perciben unos rasgos temblorosos. No se trata en absoluto de la imagen humanista que establece una distancia racional con la naturaleza y con la historia. El hombre del Renacimiento construyó la perspectiva como una manera de pensar su entorno: un punto A (sujeto), un punto B (objeto) y una distancia entre ambos, la historia y la conciencia. Pero la propuesta de Antino o la historia circular representa el mundo como laberinto, en el que los muertos cohabitan con los vivos. Esta imagen de la historia y la naturaleza como calidoscopio nos vincula a algo que es común y solidario a todos, pero en ella también existe una condición incomprensible y diabólica.