Arte

Apariencias de Sergio Belinchón

Once upon a time...

25 octubre, 2007 02:00

Once upon a time..., 2007

Galería Tomás March. Aparisi y Guijarro, 7. Valencia. Hasta el 10 de noviembre. De 2.500 a 7.200 E.

Sin aparente orden ni concierto, Sergio Belinchón (Valencia, 1971) presenta tres series de fotografías y varias proyecciones aglutinadas bajo el título Once upon a time... En estas obras, si bien abunda en la traída y llevada problemática postmoderna del "no lugar" -asunto con el que se vio reconocido su trabajo-, incorpora además como novedad cuestiones sólo esbozadas en obras anteriores: el engaño, el artificio o la autoría. Así, la deshumanización de los espacios urbanos, tratada en trabajos previos, adquiere aquí una pose distinta y una relevancia mayor, en tanto Sergio Belinchón incorpora otros elementos que añaden mayor complejidad a estas obras. Por una parte, la serie de fotografías Western recrea los lugares en los que Sergio Leone concibió sus populares Spaguetti Westerns. A media luz, como si se tratara de nocturnos, los paisajes desolados de Almería se convierten en la otra imagen del Medio Oeste norteamericano, dando lugar a un juego de espejos y reflejos que va más allá de conocida visión de parque temático. Esta serie, a la que se suma una película Súper 8, y en la que se da cabida a la misma temática, pone de relieve -en la explícita manipulación de las imágenes- cuestiones centrales del arte de nuestros días como son la simulación y el artificio.

El juego de las apariencias, tan barroco y con tanta actualidad, pasa a ser expuesto por Sergio Belinchón en el ciclo Once upon a time… Como si se tratara de un collage, una treintena de fotografías en blanco y negro de formatos diversos, realizadas en Siberia, da cuenta de las peripecias de los buscadores de oro, y que no son sino los mismos relatos que ocuparon a los pobladores del Oeste americano. Llevado por un gesto hiperbólico, Sergio Belinchón presenta estas imágenes en viejos marcos y burla con ello la supuesta novedad de lo fotografiado, cuando no ironiza sobre la propia imagen del tiempo. Un último ciclo de fotografías y la aparatosa proyección Paraíso van una vuelta de tuerca al, ya de por sí, retorcido trabajo de Sergio Belinchón. A partir de pequeñas fotografías y material fílmico encontrado, el artista indaga de nuevo en uno de sus temas preferidos: el viaje turístico y los estereotipos de su recuerdo.