Vista de la instalación
Interesante muestra la que ahora propone el Sculpture Center de Nueva York, dedicada al lugar que ocupa hoy el objeto como obra de arte en el contexto de los sistemas de producción actuales.
De un tiempo a esta parte se viene hablando del lugar incierto que ocupa la escultura hoy. No han sido pocas las exposiciones que en fechas recientes se han ocupado del tema. El New Museum, en la inauguración de su nuevo espacio, cuestionaba la vigencia de la vieja idea de monumentalidad en la escultura contemporánea a partir de la introducción del collage, verdadero motor de la creación artística contemporánea. Y si el collage, o la estrategia que sustenta el collage, es un modo de hacer imprescindible en la actualidad, no son menos importantes los nuevos criterios de producción a la hora de valorar los contextos en los que surgen hoy las obras de arte. Es precisamente sobre eso, sobre lo que versa esta interesante exposición formada por ocho artistas y de entre los que destacan, por su reconocida trayectoria internacional, Simon Starling y Gabriel Kuri. Muchos de los presupuestos del Arte procesual recorren esta exposición pero hay, sobre todo, una intención de ceñirse al material, de arrojar luz sobre cómo nace y se desarrolla y sobre el camino que traza hasta convertirse en obra de arte siguiendo los planteamientos que se entrecruzan en nuestro contexto artístico. Por ejemplo, la obra que presenta Walead Beshty, que ya mostró en la pasada Whitney Bienal, está sujeta a todos los condicionantes que dimanan del movimiento globalizado de personas y mercancías. Del mismo modo, el trabajo de la brasileña Karin Schneider sitúa al ámbito puramente administrativo del museo en el contexto artístico prolongando la mesa de plexiglás que recibe a los visitantes hacia las salas de exposición.