Image: Tatiana Trouvé

Image: Tatiana Trouvé

Arte

Tatiana Trouvé

Hamburger Kunstverein. Hamburgo, Alemania. Del 28 de marzo al 21 de junio. www.kunstverein.de

15 abril, 2009 02:00

Vista de la instalación en la Hamburger Kunstverein

No ha hecho tanto ruido como otros artistas franceses de su generación pero Tatiana Trouvé es de lo más interesante del arte que hoy se hace en Francia.

Tatiana Trouvé nació en Cosenza, Italia, en 1968 pero vive y trabaja en París. En los últimos años se ha convertido en una de las creadoras más reconocidas de su generación. Un rápido vistazo a su currículo así lo confirma. En 2007 recibió el prestigioso Marcel Duchamp Prix, tiene individuales en los centros más prestigiosos y participa en exposiciones colectivas de enorme relevancia. En la Kunstverein de Hamburgo puede verse durante toda la primavera una parte de su conocida "Oficina de Actividades Implícitas", un proyecto en curso que inició en 1997 y que continua siendo uno de los cuerpos centrales de su trabajo. Concebido originalmente como un archivo mental en el que almacenar proyectos que se encuentran todavía pendientes de realización, ideas aún sucintas susceptibles de convertirse en trabajos en sí mismos, la Oficina está hoy compuesta por trece módulos de carácter escultórico y arquitectónico que custodian ideas sobre la actividad previa a todo tipo de creación. Así, es un complejo sistema de cubículos, formas y módulos que nacen de decepciones, fracasos, rechazos, pero también de los avances que experimentan las ideas, de cómo van tomando forma hasta convertirse, por fin, en obras sólidamente cerradas. Hablamos de un complejo arquitectónico que no es sino un espejo de la artista. La paradoja es claramente visible en el hecho de que para hablar de lo inconcluso, del carácter transitorio de los procesos de creación, Trouvé nos presente módulos arquitectónicos que subrayan su propio carácter formalista y de todo punto objetual. Un interesante juego de opuestos se da cita en este proyecto: idea frente a forma, lo abierto y lo cerrado, lo etéreo y abstracto frente a la presencia indudable, y en este caso rotunda, de lo visible.

Cuando presenciamos estos trabajos pensamos en esos momentos de incertidumbre que rodean a todo artista en el momento no solo de crear sino también de esperar para comprobar la viabilidad de las cosas. Cuenta Trouvé que llegó a París (nació en Italia pero vivió en Senegal antes de llegar a Francia) sin nada, dispuesta a convertirse en artista, fue consciente de que tendría que aceptar trabajos que nada tuvieran que ver con el arte para poder costearse la vida en París. En esos años mandaba solicitudes para becas y todo tipo de ayudas y se sentaba a esperar. La idea de la espera es fundamental en el trabajo de Trouvé y es el germen conceptual de esta Oficina, que se va llenando de impresos y solicitudes, muchos de ellos denegados. Dice la artista que pasamos 30 o 40 por ciento de nuestro tiempo esperando pero que esa espera no es necesariamente tiempo perdido sino que puede convertirse en algo muy útil. Así, la Oficina ha de entenderse como un espacio mental que se va llenando de tiempo y es éste el que da forma a los módulos que la componen. Porque todo módulo está regulado por el tiempo y la memoria. El llamado "Módulo de la Reminiscencia", por ejemplo, ocupa un lugar central dentro de la Oficina y el resto de módulos se disponen en torno a él. Su exterior está cubierto de espejo sobre el que se refleja el resto de componentes del complejo.

La Oficina de Actividades Implícitas es la extensión visual de las ideas y pensamientos de la artista, que dice que su principal fuente a la hora de crear ha sido siempre la literatura. En una conversación con Hans Ulrich Obrist, la artista subraya el importantísimo papel que ha ejercido la literatura de George Perec en su trabajo, algo que no debe sorprender a nadie. No en vano, la sucesión de espacios laberínticos como reflejo de ser es una de las metáforas más antiguas de los complejos entresijos de la mente humana.