Arte

La gran escalada de Daniel Canogar: "Me empieza a resultar exótico exponer en Europa"

15 octubre, 2011 02:00

Recibe la noticia del premio en Madrid, pero de casualidad porque lleva un mes recorriendo el mundo: de Estambul a Moscú y de allí a Nueva York. El lunes se va a Buenos Aires para empezar a preparar la exposición que realizará en esta ciudad para la Fundación Telefónica en abril del próximo año. Y es que Daniel Canogar (Madrid, 1964) es uno de nuestros artistas con mayor proyección internacional. También en España su éxito en los últimos años ha sido notorio y creciente: de su estudio ha salido el enorme cerebro de cables del Museo de la Evolución Humana de Burgos; el mosaico con los habitantes del barrio como protagonista en uno de los puentes que atraviesa el río Manzanares en Madrid; la instalación interactiva en el Alcázar de Segovia; un tobogán de gente cayendo y trepando en el antiguo depósito del Canal de Isabel II de Madrid... Complejas instalaciones a las que llega desde la fotografía y la proyección más básica; juegos de luces y sombras; espacio fantasmagórico donde el espectador se mete de lleno; murales fotográficos de impecable acabado y, siempre, el mundo del reciclaje, de la basura tecnológica, de bombillas fundidas o de cables de colores, elementos que ahora le han valido el premio de Fotografía 2010 de la Comunidad de Madrid.

Contento y agradecido por el galardón, reconoce que la temporada pasada fue todo un reto: "Inaugurar tres exposiciones simultáneas en la capital -en la galería Max Estrella, en la Fundación Canal y en la sala del Canal de Isabel II- fue uno de los grandes retos profesionales de mi carrera. Hubo un antes y un después de esa experiencia", asegura. Por otro lado, Canogar ha mantenido su estudio activo en Madrid desde hace 16 años así que sí, a pesar de sus viajes y de haber vivido fuera mucho tiempo, se siente muy ligado a su ciudad natal.

A orillas del East River
Pero quizá si tuviera que elegir otra, ésta sería Nueva York, allí vivió durante un tiempo, tuvo un estudio y, desde luego, tiene galería: bitforms Gallery. Fue a través de los responsables de esta sala como surgió su último proyecto neoyorquino, esta vez en Brooklyn. "Los organizadores de la noche en Blanco de Nueva York se enamoraron de Asalto, la proyección realizada en Segovia en 2009, y me invitaron a explorar el barrio de Greenpoint, elegido para celebrar el festival. Casualmente yo viví allí en 1994 y fue emocionante volver, esta vez buscando localizaciones para uno de mis proyectos", cuenta Canogar. Y así surgió esta intervención en una fábrica abandonada a orillas del East River (en el vídeo). Aunque la lluvia impidió una participación más activa del público, la proyección de toda esa gente trepando por los viejos muros fue todo un éxito.

Un pieza parecida, Clandestinos, formó también parte de la Noche en Blanco madrileña hace unos años. Podría decirse que Daniel Canogar se está especializando en este tipo de eventos. El artista, lejos de negarlo, explica: "Son una actividad paralela a la principal que es la que mantengo en el estudio. Este tipo de proyectos me resultan muy estimulantes y son un gran reto tanto tecnológico como artístico. Me permiten explorar nociones de espectáculo y espacio público que siempre me han interesado y conectar con un espectador no asiduo a eventos artísticos".

Destino: Latinoamérica
Y ahora a Buenos Aires. Después de participar en la Bienal de Moscú comisariada por Peter Weibel y en una exposición en Estambul, se prepara para presentar por primera vez lo que ya llama su Trilogía del Cine, "tres instalaciones realizadas con medios obsoletos relacionados con el cine: película de celuloide de 35 mm, DVDs y cintas VHS. Son tres piezas de grandes dimensiones con múltiples proyectores. Esta semana tendré que tomar decisiones finales sobre qué obras montar y a qué escala trabajar. Espero poder encontrar gran parte del material que necesito en Buenos Aires, para ahondar en la memoria específica de cada lugar", explica. La exposición itinerará luego por diversos centros de Latinoamérica.

En realidad, si nos fiamos de los proyectos que hay sobre su mesa, parece que el mundo del arte mira ahora de espaldas a Occidente. "Es un secreto a voces que los países emergentes son los lugares donde realmente se está invirtiendo en arte contemporáneo hoy. Hay una enorme efervescencia en estos países. La verdad es que lo que me empieza a parecer exótico es exponer en Europa". Una gran exposición en un nuevo museo en Estambul en enero y la realización de una obra permanente para unas oficinas en Shanghai lo ratifican. Pero el viaje no acaba allí: dos exposiciones en Estados Unidos, en Virginia y California, y un encargo para un hotel en Nueva York completan el cuaderno de bitácora de este artista viajero e inquieto que es Daniel Canogar.