Yapci Ramos: 'Parto', 2024. Foto: Adolf Alcaniz / Santa Mònica

Yapci Ramos: 'Parto', 2024. Foto: Adolf Alcaniz / Santa Mònica

Arte

Entre el 'chiquipark' y la reflexión, una exposición inmersiva analiza nuestros hábitos de consumo cultural

El centro Santa Mónica de Barcelona propone un laboratorio de experimentación para mostrar cómo nos ha cambiado el mundo digital.

12 mayo, 2024 02:52

Cuestionar la exposición como centro de actividad de la institución y repensar la teoría y práctica de un centro de arte desde lo experimental eran dos de las claves del proyecto de Enric Puig Punyet, director de Santa Mònica desde 2021.

El otro lado

Santa Mònica. Barcelona. Comisarios: Ferran Utzet y Enric Puig Punyet. Hasta el 2 de junio

Se trata de una guía cuyo eco se percibe en El otro lado y que induce a acercarse a ella en función de lo que es: un laboratorio de experimentación para explorar el inconsciente y los estados alterados de la consciencia desde lo lúdico y la reflexión.

Comisariada por Puig Punyet y el matemático y director de escena Ferran Utzet, El otro lado no es una exposición sino un proyecto desplegado por la totalidad del centro cuya tesis, sustentada en una selección de artistas y obras irregular, opta por lo inmersivo para llamar la atención del público.

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La experiencia, que en algún momento se acerca más a un chiquipark que a un dispositivo de reflexión, es una respuesta a la cuestión que se plantean los comisarios en torno a “la circulación de cuerpos por un espacio físico de arte contemporáneo cuando la digitalización ha cambiado profundamente nuestros hábitos de consumo cultural”.

Agrupados en el interior de un espacio laberíntico que, desde el exterior, es una enorme caja blanca que emite sonidos, voces y risas, los nueve artistas que forman la sección principal –Anna Irina Russell, Antonia Rossi y Roberto Contador, Domestic Data Streamers, Francesca Llopis, Guillaume Faure, Iara Solano Arana (Sleepwalk Collective), Max de Esteban, Pere Llobera y Yapci Ramos– deben despertar en el espectador el sentido del “tránsito sensitivo” que se les propone atravesando las salas y al margen de la densidad conceptual de las obras.

Anna Irina Russell: 'Hincharse como', 2024. Foto: Santa Mònica

Anna Irina Russell: 'Hincharse como', 2024. Foto: Santa Mònica

Lo que plantea es una invitación a disfrutar de una experiencia envolvente transitando las entrañas de una suerte de parque temático lleno de jóvenes atraídos por el influjo de TikTok y no la enjundia de una tesis curatorial.

Superado este trance que, por temas de edad o haber vivido experiencias artísticas más estimulantes, no despierta el mismo interés entre todo el público, la muestra continua en el primer piso con la aportación de siete profesionales del pensamiento, el arte y la creación –Eurídice Cabañes, Evru, Josep Maria Fericgla, Júlia Carreras, Miquel Bassols, Miquel Missé y Núria Martínez-Vernis– con extractos de entrevistas de no más de seis minutos que amplían la tesis de la muestra.

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Con un montaje tan simple y eficaz como atractivo, las pantallas, que cuestionan al espectador sobre la complejidad de temas relacionados con lo liminar –definiciones binarias, locura y cordura, realidad y ficción–, al tiempo que son invisibles para la mayor parte de los tiktokers, elevan el interés conceptual que tiene la muestra.

El colofón de toda esta experiencia brinda la posibilidad al espectador de entrar en una de las instalaciones de Gian Maria Tosatti, representante del Pabellón de Italia en la Bienal de Venecia de 2022. My hart is so leeg soos ‘n spieël – Kaapstad episode (Mi corazón está vacío como un espejo – episodio de Ciudad del Cabo) es una recreación de la instalación que presentó en Sudáfrica en 2019 reflejando su lectura del apartheid y del auge de los fascismos hoy.

Gian Maria Tosatti: 'My hart is so leeg soos ‘n spieël – Kaapstad episode', 2019. Foto: Santa Mónica

Gian Maria Tosatti: 'My hart is so leeg soos ‘n spieël – Kaapstad episode', 2019. Foto: Santa Mónica

Y, aunque a 11.880 km de distancia es difícil apreciar la relación de esta obra con la historia de Ciudad del Cabo o que los jóvenes de nuestro país ignoran que en España hubo una dictadura, la propuesta de Tosatti, aún en su versión de bolsillo, merece la visita.

La precisión con la que reproduce el interior de un apartamento postapocalíptico o la angustia de transitar a solas por un espacio cerrado es una experiencia inmersiva cuyo interés supera con creces la del inicio de todo este proyecto.