
Vista general de la exposición. Foto: Sue Pogo
David Bestué, el escultor que se pregunta de qué esta hecho Madrid a través de sus materiales constructivos
La exposición del CA2M disecciona el Madrid más político a través de maquetas y esculturas históricas.
Más información: Tres escultoras de la cabeza a las manos: Mónica Mays, Hisae Ikenaga y Lucía C. Pino
En el tren que va de Madrid a Móstoles, el nombre de algunas estaciones alude a plantas, animales y geografías: Las Retamas, Las Águilas, Laguna... De alguna manera sus evocaciones parecen conducir al título de la última exposición de la colección del Centro de Arte 2 de Mayo: Flor Hispania.
David Bestué (Barcelona, 1980) aquí hace el rol de comisario y artista, tramando una selección de obras ajenas y propias para reflexionar acerca del sentido de Madrid. Ya había hecho un ejercicio similar con otros lugares en sus muestras del Museo Reina Sofía o de Fabra i Coats.
Ahora, a través de distintos “capítulos”, expone la tensión entre Madrid entendida como urbe del poder y una visión de la ciudad desde abajo, a partir de la violencia, los elementos ocultos y la dimensión popular. Punteando la muestra, Bestué introduce sus propias esculturas, y con ellas incorpora la materialidad del paisaje en piezas hechas de hojas, tierra y pétalos de flor capturados en resina.
El recorrido comienza oponiendo dos polos geográficos: el Madrid del norte –oficialista y hecho de piedra– frente al Madrid del sur –habitado por las clases populares y con un espíritu unido a la tierra–.
Estas polaridades se despliegan en las siguientes salas: bajo el título de “Una forma del poder” se agrupan maquetas de edificios corporativos y esculturas situadas en el centro urbano: entre ellas, la Reina Mariana de Manolo Valdés (2012), imitada hasta la extenuación en las omnipresentes meninas.Otras piezas están ligadas a edificios que concentran el poder, como la fotografía de Candida Höffer del Banco de España (2000).

David Bestué: 'Ndombele', 2024. Foto: Aleix Plademunt
Una lona de obra que cubrió el ayuntamiento madrileño se vuelve cortina para separar la fachada oficialista del sector del “Madrid oculto”. Imágenes del vertedero y planta de reciclaje de Valdemingómez conviven con la Escuela de Vallecas y con restos de basura de las chabolas vallecanas de los años setenta, recuperadas por el arqueólogo Afredo González Ruibar, donde fragmentos de cristal, embalajes de comida y un disco nos hablan de una cotidianeidad de antaño.
De manera oblicua se alude a las movilizaciones sociales: aquí están los Monumentos anticoloniales de Daniela Ortiz (2018), producidos en relación con las luchas antirracistas, así como la publicación Los bárbaros (2016), donde Rogelio López-Cuenca edita una guía del Madrid colonial.
La instalación sonora de María Salgado y Fran M. Cabeza de Vaca (2014) y las fotografías de la noche madrileña de Jorge Mirón (2015-actualidad) convocan a una generación marcada por el estallido del 15M. Lo oculto también toma la forma de una ausencia de imagen: tomadas en cuartos oscuros, las fotografías de Álvaro Perdices ofrecen una superficie negra tan solo iluminada por los destellos ocasionales de los chasquidos de un mechero.
Para David Bestué, “desvelar lleva a lo insoportable”. Esta noción articula el tercer “capítulo”, hecho de brutalidad. Fernando Sánchez Castillo muestra una fotografía de las placas de los fusilados por el franquismo, que fueron retiradas del Cementerio del Este con la llegada de Martínez-Almeida a la alcaldía.

David Bestué: 'Samuel', 2024. Foto: Aleix Plademunt
La violencia inmobiliaria está presente con una imagen de Berta Gutiérrez Casao (Pelar paredes, calle Mesón de Paredes, 2012), que retrata la práctica de dejar visible la estructura de un edificio y abrir las ventanas para que el interior se pudra, y así poder declarar en ruina inmuebles protegidos y demolerlos por dentro para construir.
La materialidad de la edificación y la destrucción se vuelve protagonista en las últimas salas a partir de la noción del “azogue”, que hace que aparezcan manchas en un espejo y, en vez del reflejo, pasemos a ver el soporte. El material de Madrid es el de sus paredes o sus carreteras, y una presencia persistente son los coches, que generan esos atascos que la presidenta de la Comunidad destacaba como simpática seña de identidad.
En su proyecto sobre pintura de coche, Paula García-Masedo trabaja con chapas automovilísticas de vehículos fabricados en Villaverde entre 1971 y 2007: expuesto con una sistematización minimalista, el conjunto forma “un archivo de pinturas realizadas en la línea de montaje” que se muestran “como un campo de color”.
Pero si pensamos en la materialidad, su expresión más extrema está siempre en la caducidad del cuerpo: Montaña de la Almudena de Javi Cruz (2024) destaca un monte en el cementerio, que está formado por la tierra extraída al cavar las tumbas, como en un reverso de los enterrados. Madrid está hecha de los vivos y también de los que vivieron antes.

David Bestué: 'Uralita', 2024. Foto: Aleix Plademunt
Aunque David Bestué explicita la metáfora de los estratos temporales en algunas piezas, su alusión a la composición histórica del presente sirve a un arte que quiere hablar de su propia época. El artista afirma que “hablar de imaginarios de identidad es hablar de política”.
Lo hace en un momento en que el actual gobierno madrileño utiliza la identidad local como un bastión de la guerra cultural. Frente a la imagen homogénea que oficialmente proyecta, David Bestué muestra los mimbres irresueltos de la complejidad y el conflicto.
Resulta significativo que la exposición termine con un monumento de 2025 titulado Ndombele, en el que Bestué conmemora a Ndombele Augusto, joven angoleño de 16 años que fue apuñalado en 2002. La obra es una esfera mecánica que se abre una vez cada hora, mostrando un molde de bronce de una rama (recogida en el parque dedicado a Ndombele por los vecinos).
Como un suceso, se desvela solo un instante. Pero, cuando lo hace, muestra que, dentro de la rigidez de un contenedor geométrico, hay algo vivo que sigue en su centro, pese a todo. ¿Será que Madrid es eso?