Balancing Art, 2010

Antón García-Abril es una de las presencias más destacadas de la Bienal de Venecia esta edición. Su propuesta, titulada Balancing Art, ocupa el espacio del Arsenale en un juego de equilibrios que modifica la percepción del espectador.

No es el único español en la Bienal de Kazuyo Sejima pero su presencia es sin duda la más destacada del Arsenale. Antón García-Abril (Madrid, 1969) ha tenido la oportunidad de acompañar a los mejores en la que es la cita con mayúsculas de la arquitectura internacional. Pero para él ha sido este año algo más que eso: "Es una reflexión colectiva. Un termómetro que permite medir las inquietudes que conforman el amplio panorama arquitectónico. Es también una manifestación de que la arquitectura está viva y es muy necesaria para la sociedad. Para un arquitecto en activo, es la gran oportunidad de ofrecer a este vasto contexto social y profesional la esencia de tu trabajo, para someterlo a análisis con una excelente selección de colegas de todo el mundo".

La propuesta de García-Abril lleva por título Balancing Act y es, efectivamente, un juego de equilibrio. Dos trazos estructurales en el espacio longitudinal del Arsenale.
-La instalación modifica el espacio y, con ello, la percepción del espectador. ¿Cuál es su función?
-Sobre la clara estructura de la nave, la intromisión que provoca generar una incisión diagonal, sesga la línea que marca la estructura antigua. La armonía entre las dos estructuras ahora contiguas forma un espacio a partir de dos sistemas que se enfrentan y comparan. Es ahí donde la gravedad que transmite su carga se combina y reacciona con la nueva estructura".

Un trabajo sobre el equilibrio que empieza en la Casa Martemar (Benahavís, Málaga) y continúa en la Casa Hemeroscopium (Las Rozas, Madrid) , que también se ve en Venecia, en el vídeo People meet in architecture, que recrea con humor la participación española en el reciente mundial de fútbol. Otra de las películas muestra la construcción de La Trufa, un petit cabanon en un acantilado de la Costa da Morte, en Galicia.

-Uno de los vídeos, del que presenta también maqueta, es LINKCITY, donde desarrolla un modelo de ciudad basada en las conexiones. ¿Por qué ese enfoque?
-Es una respuesta al problema de la ciudad contemporánea, al límite de su capacidad, con un crecimiento extensivo y desequilibrado, unas infraestructuras obsoletas, y una pérdida completa de la conectividad. El propósito es detener el crecimiento de las ciudades actuales, absorber y gestionar el futuro crecimiento de las áreas urbanas. Propone, desarrolla y gestiona un modelo de ciudad positiva, basada en las infraestructuras de última generación y en un sistema urbano no especulativo.

El último de los proyectos es la Torre de la Música, en Valencia, que albergará la sede europea del Berklee College of Music de Boston. Hable de él...
-La Torre de la Música quiere ser un campus vertical. Es una doble hélice ascendente de volúmenes de cuatro alturas que, girando, se apilan entre sí, y se enlazan con un enorme vacío que sigue la misma geometría.

Ahora, García-Abril se centra en su próximo trabajo: la Casa del Lector en Matadero Madrid, el Teatro Cervantes en México D.F. y sus clases como profesor invitado en la Universidad de Harvard. Venecia sólo es el principio.