Arquitectura

El 1 del 1 del 11 comenzamos desde el principio

Reflexiones en torno a un año de crisis (también) en la arquitectura española

31 diciembre, 2010 01:00

Vista general de la exposición Una ciudad llamada España

Sumario: Lo mejor del año

A pesar de la crisis que afecta, como no, a la arquitectura española, hay motivos para hacer una lectura positiva de este convulso 2010: es el fin del frenesí inmoviliario que tanto mal ha hecho en nuestro urbanismo. Y el reto es precisamente ese: la ciudad.

El año 2010 ha sido un año convulso en la arquitectura. No obstante, la calma y la incertidumbre de los tiempos de crisis permiten espacios de reflexión, reconversiones profesionales, preguntas y actos de constricción colectiva. Se acabó la fiesta. Los arquitectos son quizá el primer colectivo que cae en las crisis, pero también los primeros que se levantan.

Ciudades sin rumbo
Pero nada será igual, afortunadamente. Ya no habrá complicidades entre los sectores inmobiliarios y financieros que permitan la expansión descontrolada de ciudades sin rumbo. Y la falsa concepción de la vivienda como activo financiero queda, espero, definitivamente borrada de la memoria colectiva. Los arquitectos no son culpables, pero si responsables de participar en el frenesí inmobiliario construyendo sin serenidad ni sensibilidad miles y miles de viviendas sobre suelos a crédito cuyas cualidades urbanas dejan mucho que desear, sin las dotaciones ni infraestructuras que provean una equidad social y un modelo de productividad sensato.

Pero no olvidemos que España es una potencia en ingeniería y arquitectura, capaz de internacionalizar sus productos y servicios, y que está construyendo por el mundo las infraestructuras de movilidad, energía, tratamiento y gestión de agua y residuos, en aquellas sociedades que ya han decidido luchar por un modelo urbano y económico más eficaz. Y es ese modelo que aúna la arquitectura y la ingeniería el que va a permitir desarrollar la economía de un país nuevo. Si no es así, turismo y servicios no soportarán la pesada carga de la deuda del estado. La vanguardia en infraestructuras que hemos desarrollado en España aún no se acompaña de un modelo de ciudad a su nivel. Este es el reto. Y la ciudad, sus dotaciones, sus viviendas, sus infraestructuras y su paisaje tendrán que trabajar armónicamente para no atragantarse con los recursos que consumen.

Lo mejor del año
Sin embargo, Una ciudad llamada España, título con el que el catedrático Manuel Blanco presenta nuestra arquitectura por el mundo, ha reunido una exposición que, inaugurada por S.M. la Reina en Atenas, recopila los ejemplos más significativos de la arquitectura española, y su éxito refleja la excelencia de nuestra arquitectura. Y ha habido extraordinarios ejemplos acabados e inaugurados en este difícil año: el Museo de Alicante de Sancho-Madridejos; la renovada Fundación Tàpies de ÁbalosSentkiewicz; la recién abierta ampliación de la estación de Atocha de Rafael Moneo; el Museo de la Evolución Humana de Juan Navarro Baldeweg. Y otros edificios que esperamos con entusiasmo, como el Museo de Colecciones Reales de Mansilla-Tuñón, que se alza ya en la cornisa del Palacio Real de Madrid, o los Auditorios de Plasencia y Cartagena del tándem Selgas-Cano.

Triunfos internacionales
También internacionalmente se ha reconocido este año nuestra arquitectura: Nieto-Sobejano reciben en 2010 el prestigioso Premio Aga Khan de Arquitectura por su trabajo en el Museo de Medina Azahara, de Córdoba, y Kazuyo Sejima, premio Pritzker 2010, comisarió y seleccionó a los mencionados Selgas-Cano, Amid-Cero9, Ensamble Studio y Andrés Jaque para participar en la más exitosa Bienal de Venecia de los últimos tiempos, en la que la gente se encontró con la arquitectura. Y en Pamplona, Francisco Mangado y Luis Fernández Galiano invitaron a la reflexión en un primer congreso en el que, sobre el lema "más por menos", se buscaron razones y oportunidades de la arquitectura para encontrarse de nuevo con la sociedad, desde el principio.