¿Qué cabe decir acerca de Louis Bourgeois? Nacida en 1911, la artista norteamericana de origen francés conoce su siglo como nadie. Aunque su obra conoció el éxito relativamente tarde, su fama comenzó a crecer solo a partir de los años sesenta y setenta, es en el cambio de siglo cuando mayores han sido las alabanzas hacia ella. Así lo atestiguan su última exposición en la Tate Modern, inaugurando las Unilever Series que tanto éxito están teniendo; su inclusión en la Documenta11 y su deslumbrante aparición en el Palais de Tokyo. El MNCARS le dedicó también una exposición en 1999. Precisamente esta exposición incidió en una parte muy concreta de su obra, las "celdas", producción que sin embargo parece tremendamente popular entre comisarios y coleccionistas. Son las celdas un cuerpo de trabajo muy tardío, de los años noventa, pero claramente esclarecedor de la obra de la artista, aglutinador de todos los conceptos que han girado en torno a su obra durante decenios y decenios. Las celdas son una deriva del surrealismo que ella vivió tan de cerca, un universo de claro aire escenográfico en el que convergen una gran cantidad de vivencias, recuerdos y memorias. En esta exposición del Louisiana Museum hay algunas de estas piezas.

Es una muestra retrospectiva cuyo registro temporal es, lógicamente, enorme. Desde 1945 hasta la actualidad. Uno puede imaginarse los giros que puede dar la obra de un artista en casi sesenta años. Esculturas, pinturas, dibujos, instalaciones e incluso una pieza sonora, realizada recientemente, en la que la artista canta en francés las nanas y las canciones de su infancia. Bourgeois nos introduce en un viaje alrededor de una autobiografía intensamente dramática con frecuentes al usiones a un cuerpo a menudo dañado y a una mente en estridente estado de ebullición. Es un conjunto de vivencias personales que saltan a nuestro encuentro. La artista se desnuda ante el espectador con el propósito de compartir su recuerdo. El título de esta exposición retrospectiva, "Life as Art", creo que es suficientemente clarificador de la trayectoria de la artista. Un constante dialogar con su pasado, sacando a la luz historias que nos fuerzan a mantener una cierta distancia por su contundencia visual, pero que a la vez, nos invitan (y obligan) a contemplarnos a nosotros mismos. Alusiones al sueño, desde su incompatibilidad con los presupuestos psicoanalistas, fragmentos de dolor y muerte, organicidad, memoria y teatralidad son algunos de los conceptos que planean sobre el espectador a lo largo del recorrido. Conceptos que a menudo se materializan en el cuerpo, continente de todo el universo Bourgeoise. También están incluidas en la exposición sus archiconocidas arañas, que pudimos ver en Madrid y más recientemente en Bilbao, como adquisición del Guggenheim.