La obra de Paul Morrison ha adquirido gran relevancia en el ámbito internacional con sus grandes pinturas murales

El Irish Museum of Modern Art, que dirige desde hace un año Enrique Juncosa, presenta estos días la obra del artista Paul Morrison, creador británico que ha realizado diversas intervenciones sobre los muros del museo. Morrison actúa sobre el muro en el ámbito de la espacialidad de la pintura y utiliza una temática de corte vegetal con la que hace alusión a tradiciones botánicas diversas que pueden remitirnos a la época victoriana, a las investigaciones renacentistas e incluso a las primeras aproximaciones de la antigöedad. Y es que Morrison tiene mucho de clásico en tanto que investiga desde una postura erudita las propiedades de los diferentes tipos de plantas siendo su pintura el resultado certero de una contemplación exhaustiva de los fenómenos naturales. Sin embargo, hay obras que muestran una postura de raíz romántica por cuanto mira a la naturaleza desde la sumisión del ser humano, con un talante exaltador del poder y la fortaleza de esta. Morrison parece tomar prestadas las palabras de Robert Rosemblum al describir ciertas obras de los románticos alemanes, sobre todo algunas de Philip Otto Runge, como "falacias sentimentales", esto es, la presentación de las formas de la naturaleza como verdaderos iconos de la visión partiendo de un enfoque radical, inquisidor, generando imágenes y formas que parecen susceptibles de ser veneradas. De este modo Paul Morrison tantea ciertas particularidades del lenguaje cinematográfico.

El pintor trabaja la pintura en blanco y negro rechazando cualquier pretensión cromática. Las imágenes que le sirven de fuentes sufren un profundo proceso de abstracción a través del cual el color desaparece. La imagen habitual de la naturaleza es una imagen fresca, alegre y colorida. Morrison propone, pues, una visión de la naturaleza que puede interpretarse como idea de libertad, una libertad que, sin embargo, aparece bañada de cierto drama, cierta atmósfera inquietante. La estética de los dibujos animados ha influido en el británico de gran manera así como la obra de ciertos artistas en clave "pop" como Roy Liechtenstein. Sin embargo, su obra escapa de lo banal pues incide en gran medida en temáticas no sólo relacionadas con la naturaleza en su sentido puramente físico sino también en aspectos de mayor intensidad conceptual como son el nacimiento, el curso de la vida y la muerte.